OPINIóN
Actualizado 01/12/2015
Joaquín Araújo

Pleno de las frezas de salmones y truchas. Estas últimas no la descuidan y de vez en cuando las limpian para que el fango no impida el desarrollo de los embriones. Inicia su celo el tritón ibérico. Emerge la mariposa de invierno, Ocnygyna, que de inmediato pone huevos que eclosionarán la siguiente semana.

Tiempo de recuperadora soledad. No es que se vacíe de sucesos lo abierto. Ahí afuera encontraremos novedades suficientes para llenar la más insaciable curiosidad. Sólo que a menudo cabe pasearse con uno mismo y deshacerse de puntualidades, opiniones, del ocupacionisino que nos quita el tiempo de la vida, que nos sustrae de lo que nos trajo. Es buen momento incluso para recordar que las agendas, el calendario, el reloj, el anuario, suponen alguno más de los convencionalismos que hemos adoptado para esa proeza del humano que es hacer historia. Tanta que en no pocas ocasiones derrotamos incluso a esa tenacidad que la vida pone en conseguir su propia continuidad. Quién sabe si diciembre, en el campo, es también el marco oportuno para pensar que la mayor parte de la vida, aunque íntimamente ligada al tiempo, está fuera de nuestras cronologías. Sobre todo a través de un uso armonioso de sus propios calendarios. Ciclos, pautas, ritmos sin sobresaltos. La cadencia justa que adopta lo viviente es la mejor estrategia para derrotar a la gran derrota que para todo animal o planta es la extinción, la salida definitiva del tiempo.

El frío y el silencio de buena parte de nuestros ámbitos es también el germen de lo que ya está comenzando sin alharacas. Además de despejar la mente, anima la circulación periférica y limpia lo mirado.

Las procesionarias de verano llegan ahora a nuestros pinares en forma de huevos. Flores en los tojos o argomas más cercanos a las costas atlánticas del Norte. Terminan las peleas de machos monteses y muflones, mientras unas cuantas cochinas de monte están nada menos que pariendo.

 

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >El invierno que llama