Concibo la política como contraste de pareceres, propuestas desde diferentes ámbitos ideológicos, que tienen como único fin mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. No puedo entender que haya responsables públicos que se nieguen a intercambiar sus planteamientos con representantes de partidos políticos diferentes al suyo, o incluso directamente con las personas a las que representan.
Estoy orgulloso de ser dirigente en Salamanca de un partido político que acude a todos los debates a los que es convocado, en los que desgrana sus planteamientos, justifica sus decisiones y escucha a quienes piensan distinto. Lo hemos hecho en el pasado, lo hacemos en el presente y, de cara al futuro, queremos que la celebración de debates entre los candidatos de las principales fuerzas políticas sea una obligación establecida por ley.
Así, como cabeza de lista del PSOE a las Cortes de Castilla y León acudí en la pasada campaña electoral al debate convocado por la Plataforma en Defensa de la Educación Pública con representantes del resto de las candidaturas que concurrieron a las elecciones autonómicas, con la excepción del PP, que decidió desde el principio no asistir, y de Ciudadanos que, pese a asegurar que participarían en el mismo, no se presentó. Igualmente el pasado 6 de noviembre representé al Grupo Parlamentario Socialista en un debate sobre propuestas en Investigación organizado por INNOVA, al que tampoco acudió representante alguno del PP. Acudiré a cuantos debates me convoquen, igual que hará el cabeza de lista del PSOE al Congreso de los Diputados por Salamanca, David Serrada, a las 18 horas el próximo 1 de diciembre en un debate organizado por estudiantes de Derecho de la Universidad de Salamanca.
En el ámbito estatal este lunes, 30 de noviembre, el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, participará en un debate organizado por el periódico El País, junto a los candidatos de Ciudadanos y Podemos. El actual presidente del Gobierno de España y candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, ha rechazado la invitación para participar en el mismo. Tiene aún una semana para rectificar y participar en este debate, pero si no lo hace, si no es capaz de defender su gestión y su programa en diálogo con otras opciones políticas, considero que estaría sumando una razón más, a las muchas que ya tiene, para que democráticamente dejase la presidencia del gobierno a partir del próximo 20 de diciembre.