Personaje paradójico y contradictorio es el ser humano, dudando de la paradoja y negando la contradicción.
Especie animal curiosa es el ser humano cuando juega a ser lo que no es, sin dejar de ser lo que es, pero aparentando ser otra cosa diferente en esa lucha por ser lo que nunca será, haciéndose figura de pensamiento obligada a vivir en permanente paradoja vital, contradiciendo con hechos sus palabras.
Así, ocurre, que cuanto mayores son las posibilidades que tienen las personas para ser felices, es cuando menos disfrutan de la felicidad. Fomentan el progreso para aumentar el bienestar, pero al mismo tiempo incrementan su incertidumbre y angustia vital, sin percibir que a medida que aumentan sus propiedades materiales, decrecen sensiblemente los valores morales que practica.
El extraño ser humano, exige la verdad y practica la mentira. Es capaz de llegar a Marte, y alejarse de su vecino distancia infinita. Multiplica las posibilidades de comunicación con sus congéneres, para comunicarse cada vez menos con ellos. Promueve titulados universitarios, para cultivar desempleados. Y construye casas nuevas para ser ocupadas por hogares rotos.
El insólito ser humano produce más de lo que consume; toma danacoles antes de fumarse un cigarro y libar alcohol con panceta; predica la paz en las tribunas y declara la guerra en los despachos; prolonga más la existencia, pero vive menos; y no entrega a la lectura el tiempo que le sobra de televisión.
El exótico ser humano se reúne con amigos para conversar con los ausentes a través de WhatsAppes; envidia al burro que evita tropezar dos veces con la misma piedra, pero va poniendo en su vida el mismo pedrusco para seguir tropezándose; busca la paz con una espada en la mano; y pone en su casa varios espejos, pero no mirarse jamás a la cara en ellos.