Cambiar caldera y ventanas ahorra hasta 400 euros al año en calefacción
Llegan el frío, el viento, la lluvia, las nieblas y las heladas. Llega el invierno y, con él, el momento en que el coste de la calefacción cobra mayor protagonismo en el presupuesto familiar. En el año 2021, por orden de la Unión Europea, todos los edificios de nueva construcción deberán tener un consumo de energía cercano a cero. Hasta entonces, para evaluar el nivel de eficiencia de una vivienda existe la certificación energética, que permite conocer si su interior está bien aislado y sus habitantes hacen un buen aprovechamiento de la energía que consumen; o si se produce un derroche, con las consecuencias que ello acarrea en la factura de la calefacción y el agua caliente, informa El Norte de Castilla.
En Castilla y León, dos de cada tres viviendas tienen más de 25 años de antigüedad y un porcentaje aún mayor, tres de cada cuatro, suspenden cuando son calificadas desde el punto de vista energético. Para promover que los propietarios se decidan a invertir en mejorar la eficiencia de sus casas, además de las subvenciones ya existentes, el Ministerio de Hacienda ha abierto la puerta para que desde el año que viene los ayuntamientos apliquen rebajas de hasta el 20% en el IBI a aquellos inmuebles que más energía ahorren.
«No solo es importante tener una buena calificación para conseguir una bonificación, sino para concienciar a los propietarios de que si la calificación que tienen es baja deben de tomar medidas para mejorar», señala Cristina Royo, directora de Comunicación de Certicalia, la principal empresa del sector en la comunidad. «Siempre que se realiza un certificado energético, junto a la nota aparece información con las pequeñas mejoras que se pueden llevar a cabo en el inmueble para conseguir una mayor eficiencia energética y elevar esa calificación», añade.
Según un informe de esta empresa, tres de cada cuatro viviendas con nota E pueden aumentar su calificación energética y, por lo tanto, podrían llegar a doblar su reducción en el IBI. Para el cálculo toman como ejemplo un piso de este segmento de 80 m2 (tres dormitorios + salón+ cocina + baño), para el que calculan un IBI medio en España de alrededor de 800 euros anuales. Si esta vivienda lograse la bonificación máxima establecida por el gobierno, su ahorro anual sería de 32 euros. Sin realizar rehabilitación energética y manteniendo su vivienda tal y como está, pasarían a pagar un IBI de unos 768 euros anuales. «Las medidas de mejora más indicadas para este caso serían la adición de aislamiento térmico por el exterior de la fachada;el cambio de la carpintería exterior en ventanas, balcones, lucernarios; y el cambio de instalaciones térmicas (calderas, bombas de calor o máquinas frigoríficas)», explican.
«Nuestra vivienda tipo tiene una calificación energética E y un consumo medio anual para calefacción y agua caliente sanitaria de 14.500 kWh/año, que traducido en euros serían unos 890 euros al año de consumo en gas natural ?explica Rocío Amo, directora de Eficiencia Energética de Certicalia?. Sustituir las carpinterías de aluminio actuales con vidrio simple, por carpintería de marcos de PVC y vidrios dobles costaría unos 3.000; y sustituir la caldera estándar por otra de condensación de alto rendimiento energético, otros 1.900 euros». Una inversión total de 4.900 euros, pues, permitiría a esta vivienda un ahorro anual del 40% en su gasto en consumo energético (356 euros al año). Si a ello le sumamos los eventuales 64 euros de bonificación en el IBI, el ahorro total sería de 420 euros. Y no solo eso:«Su confort térmico aumentará gracias a las medidas adoptadas».
El Norte de Castilla