El pasado viernes el terrorismo yihadista sembró de pánico París. Cuando escribo estas líneas, mi reincorporación a SALAMANCArtv AL DÍA después de varios meses sin escribir, hay contabilizados 129 muertos y centenares de heridos, muchos de ellos de extrema gravedad. Antes fue en Nueva York, Nairobi, Bali, Londres o Madrid.
Desde hace unos años el terrorismo yihadista, que nada tiene que ver con la mayoría de los fieles de religión musulmana, muchos de ellos nuestros vecinos que son amantes de la paz, es la principal amenaza para la seguridad en cualquier rincón del planeta.
Las acciones de los yihadistas poco tienen que ver con las actividades terroristas a las que estábamos acostumbrados. La utilización de internet como forma de captación de terroristas o la existencia de "lobos solitarios", que están preparados para actuar cuando reciban órdenes para ello y mientras tienen una vida absolutamente normal, son particularidades de este nuevo terrorismo que requieren dotar a las fuerzas y cuerpos de seguridad, dentro del respecto al Estado de Derecho, de más recursos para combatirlo.
Los socialistas siempre hemos tenido claro que la unidad de los demócratas es fundamental para combatir el terrorismo y lo hemos aplicado cuando hemos tenido responsabilidad de gobernar y también cuando hemos estado en la oposición. Por ello suscribimos hace unos meses un pacto contra el terrorismo yihadista, al que sería deseable que se sumasen el conjunto de los partidos políticos de España. Sin embargo, las declaraciones del líder de Podemos, Pablo Iglesias, el día después de los atentados de París rechazando su incorporación al pacto porque creen que la lucha contra el terrorismo no puede ser una "venganza", hacen que este deseo no parezca factible a corto plazo.
Ese sábado, cuando parecía frustrarse el consenso de todos contra el terrorismo yihadista, miles de salmantinos nos concentramos en silencio, con los colores de la bandera francesa iluminando nuestra Plaza Mayor, para mostrar nuestra repulsa por el terrorismo y nuestra solidaridad con las víctimas. Ojalá esa imagen de unidad de los ciudadanos frente al terror sea la antesala de la rectificación de quienes ahora están al margen del consenso en la lucha antiterrorista y todos juntos combatamos, desde los mecanismos del Estado de Derecho y la fuerza de la democracia, a cualquier forma de terror.