OPINIóN
Actualizado 20/11/2015
Manuel Rodríguez Fraile

No permitas que tus heridas te transformen en alguien que no eres

"Muerte en el aire, invisible, acechándonos a cada instante. Sin embargo, la vida es un riesgo que tenemos la obligación de aceptar". Esa muerte invisible sorprendió hace unos días a cientos de personas en diversos lugares de Paris, el riesgo de vivir es así. Pero la salvaje y bárbara acción del grupo de asesinos que llevo a cabo su criminar acción nada tiene que ver con las enseñanzas del Corán, nada tienen que ver con los millones de creyentes de Islam, palabra que significa aceptación y sometimiento ante Dios.

Un término polémico, y mal entendido por los fundamentalistas, es el "yihad" que se asocia a la violencia. La palabra "yihad" en el sentido de combate aparece mencionada 35 veces en el Corán, siempre referido a legítima defensa, pero la ignorancia y la manipulación han llevado a otras tan extendidas como erróneas asociaciones.

Lo sucedido en París, como otros muchos actos de terrorismo recientes, son acciones sin sentido para sembrar el terror que poco tienen que ver con preceptos religioso y muchos menos con Alá. Son fruto de mentes malignas, no enfermas sino muy cuerdas, que han hecho de la violencia su modo de vida y tratan de justificar sus injustificables actuaciones con palabras del Profeta.

La guerra de Irak ? de aquellos polvos dicen los entendidos vienen estos lodos - las primaveras árabes, la guerra en Siria, los millones de refugiados que tratan entrar en Europa, la pobreza, la opresión, la desigualdad, el recelo ante cualquier cosa que suene a "musulmán", "islamista" "árabe", claro que en este último caso cuando no se trata de petróleo o petrodólares; todo ello se introduce en un inmenso cajón de sastre, se remueve y el resultado es rechazo, desconfianza y marginación, ingredientes que alimenta aún más resentimientos y más actos de violencia indiscriminada, cual infame serpiente que se muerde la cola.

¿Las víctimas? Pues en la inmensa mayoría de casos civiles y musulmanes, pocas veces militares o fuerzas del orden y en algunos casos los terroristas autores de las masacres, eso sí, siempre los terroristas de a pie, los simples peones del tétrico juego ya que sus dirigentes se cuidan mucho de ocupar las primeras filas.

Todos sabemos que es difícil, larga y costosa la guerra contra el terrorismo sea yihadista, nacionalista o de cualquier otro tipo, todo sabemos que la única respuesta es hacerle frente unidos, respetando las leyes y los derechos que nos hemos dado, todo lo demás es palabrería barata y acciones que se realizan de cara a la galería, como el hecho de realizar ahora bombardeos "selectivos" contra el Daesh ¿por qué no cuando las víctimas residen en Túnez, Nigeria, Etiopía, etc.?

Zonas de ocio han sido esta vez los objetivos de los asesinos, zonas muy concurridas para causar el mayor número de muertos y heridos, así lo hicieron también como las bombas del metro de Londres o los trenes de cercanías de Madrid.Zonas en las que la vida es efervescente, esa vida que estos desalmados odian porque la consideran perversa y ofensiva a los preceptos de esa peculiar y macabra "religión" que dicen practicar. 

Estos días he oído muchas cosas, demasiadas en mi opinión, ya que las noticias sobre los recientes atentados colapsan los medios de comunicación prestándoles a los autores de los hechos el altavoz que necesitan para extender su mensaje y sembrar la sensación de inseguridad y miedo. Pero los jóvenes - la "generación Bataclán[1]", como los ha bautizado el diario Libération ? les planta cara y salen a las calles a poblar los locales y las terrazas de la orilla derecha del Sena. Un ejemplo más de la juventud parisina. 

También, los muchos expertos en terrorismo que han circulado por los medios, afirman que los grupos yihadistas financian su barbarie mediante la venta de petróleo en el mercado negro, el cobro de grandes sumas de dinero por secuestros, incluso que reciben apoyo económico de individuos saudíes ante lo que el régimen de Riad hace la vista gorda. Y yo me pregunto ¿si saben todo esto por qué no se ponen los medios necesarios para cortar dichas fuentes y estrangular a las organizaciones que los sustentan? El mercado negro de petróleo debe exigir grandes infraestructuras, voluminosos medios de transporte, un país comprador ¿no se puede hacer nada? ¿cómo lo hacen?

¿Será cierto que los saudíes con una mano patrocinan, cuando no son propietarios, de equipos de fútbol muy importantes de Europa y con la otra alimentan grupos terroristas que quieren poner bombas en los estadios? ¡Locura de mundo, oiga!

Todos estamos heridos, heridos en lo más hondo por la sinrazón, pero es junto en estos momentos en los que debemos recordar aquellas acertadas palabras de Paulo Coelho: no permitas que tus heridas te transformen en alguien que no eres. No somos como ellos, somos más y somos mejores.

 

[1] Ba-ta-clan es una opereta en un acto con música de Jacques Offenbach y libreto en francés de Ludovic Halévy. Se estrenó el 29 de diciembre de 1855 en París. Se trata de una ingeniosa pieza que satiriza todo, desde la política contemporánea hasta las convenciones de la gran ópera. De aquí el nombre de la popular sala de espectáculos parisina.

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