OPINIóN
Actualizado 13/11/2015
Estefanía Rodero Sanz

Como en todo proceso de cambio que se precie, siempre hay augures que cantan a las ruinas, voces que al servicio de sus amos no dudan en tratar de contagiar su desidia, su apatía.

Mucho antes de la irrupción de Podemos la vida ya me había regalado momentos en los que, frente a la "sensatez" exterior (no puedes, no sabes, es imposible, hay límites) que esconde siempre falta de voluntad, la vida se empeñó en derribar muros. Hablo de cómo conquistamos logros para mujeres en las que ya nadie creía, hablo de cómo libros escritos por menores migrantes terminaron en manos de ministras, hablo de cómo ganamos espacios para la economía social y fuimos capaces de zarandear comarcas enteras. Guardo en mí cada diagnóstico letal que nos condenaba a la inacción y que revertimos a fuerza de corazón, con nuestras propias manos. Se trata de reconocerse en la propia fuerza, de aguantar el embate del "esto es lo que hay" con la mirada consciente de que nunca es cierto.

De referentes que dignifican la acción está nuestro país lleno. Ciudadanía despierta que se organizó frente a los recortes, mareas multicolores defendiendo lo de todos, trabajos invisibles que sostienen el bien común frente a los privilegios de pocos.

Podemos es incuestionablemente el referente del cambio en nuestro país, la ventana de oportunidad aún abierta a través de la que las instituciones volverán al pueblo, la defensa de nuestra soberanía frente al lodazal de corrupción e intereses multinacionales que han vendido España al mejor postor.

No nos vamos a creer a los augures pagados por sus fondos buitre. No vamos a escuchar cantos de sirena orquestados ni vamos a ceder ni un solo milímetro ante las fuerzas del más de lo mismo, ante el blindaje de unas élites que han abandonado a la gente mientras la desigualdad nos asfixia, se echó a la gente de sus casas a expensas de los bancos o la pobreza infantil nos avergüenza cada día. No vamos a ceder ni un segundo a vuestro embate, ni un segundo, vamos a crear una trinchera de dignidad y afectos con toda la gente de mi país a la que habéis traicionado a golpe de 3%.

Podemos llega al 20 de diciembre dando una lección de organización ciudadana, desarrollando en tiempo récord a fuerza de ilusión, responsabilidad e inteligencia, la capacidad de disputar nuestro país y arrebatarlo de las manos de quienes sólo entendéis el privilegio y el ánimo de lucro. Podemos llega al 20 de diciembre amando la política, devolviéndole la fuerza y la dignidad que tiene la palabra, que tiene la escucha, que tiene la gestión eficaz y cierta que protege a quienes menos tienen de quienes más se aprovechan.

Llegamos al 20 de diciembre habiendo convertido el dolor en conocimiento, la rabia en talento y la ilusión en capacidad de gobierno. Llegamos al 20 de diciembre plenos de fuerza, con una única voz y de pie, escuchad, escuchad augures,  EL 20 DE DICIEMBRE PODEMOS.

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