El Real Madrid fichó de entrenador para esta temporada a Rafael Benítez, "hombre de la casa" que tardó en regresar 25 años y no por su voluntad. Su carrera fue amplia, edificante, acumuló experiencias y sabiduría entrenando a otros clubes. Como ocurre tantas otras veces, desde el Club se le revistió de "Cientifismo", palabra que "percha" mucho entre los entrenadores del nuevo fútbol. Lo mismo que ya le ocurriera a Luis Enrique en el Barcelona y su primera decisión fue subirse a un andamio para ver los entrenamientos? El pasado domingo el Real Madrid perdió el primer partido de la temporada actual y de ser líderes han pasado a ser los más criticados del país, ninguna virtud, todos defectos, encuestas para saber a qué jugador se le salva, un maremoto informativo en torno al recién caído con lo que se ha desempolvado la frase futurista con la que se suele anticipar el cumplimiento de la teoría de las expectativas: "Benítez no se come el turrón?"
Hice un repaso a la hemeroteca más próxima y me encontré con una entrevista (El Mundo) al anterior entrenador, Carlo Ancelotti, cuando ejercía de entrenador en el Real Madrid.. Ya por entonces pensaba: "No podemos jugar como el Atlético, es un estilo que no encajaría en la filosofía del Madrid". Pero Ancelotti, que entrenó en muchas Ligas distintas, aseguró con rotundidad: "Aquí hay mucha histeria" (En España). Unos meses antes de echarlo a la calle el Real Madrid, cuando ganaba, se llegó a asegurar que Carlo sería "el Ferguson" del Real Madrid.
Esa es la tónica, lamentablemente. Quizás en esa búsqueda irracional todos descargamos nuestras conciencias echando culpas ajenas. En general, yo me niego siempre a que sea el entrenador el único responsable de las malas ejecuciones. Claro que, reflexionando con trascendencia, la mejor frase que define el estado de situación sea aquello que firma A. Bennet: "La vida se parece a una lata de sardinas, todos andamos buscando el abridor".