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OPINIóN
Actualizado 08/11/2015
Victorino García Calderón

Dicen que siempre que ocurre igual, sucede lo mismo. Esta perogrullada me viene a la mente en vísperas electorales. Supongo que no es casualidad que a mi esto de las elecciones, cada vez que llegan, las veo como el demonio o la trágala. Lo cierto es que y

El maestro Agustín García Calvo nos hablaba en la Puerta del Sol, no hace mucho, del gran mal intrínseco a esto que llaman DEMOCRACIA: la fe en el futuro, y alertaba a los que le escuchaban -en aquello que fue el 15-M- que no hicieran caso de promesas de futuro, que el aquí y el ahora es muchísimo más importante que cualquier tentación de buscar el señuelo. A Agustín, está claro, lo hemos olvidado, ahora se llevan los colores naranja y morado, aunque los azules y los coloreados de rojo siguen ahí, ninguno tendrá mayoría absoluta y todos prometerán lo imposible si es necesario, y a mi sólo me dan asco, asco porque durante las próximas semanas todo parecerá ilusorio y confuso, porque al lado mismo de donde vivimos se detiene a gente por ser vegano o simplemente por pensar diferente, a otros se les sigue echando de sus casas, las cárceles están llenas de inmigrantes sin papeles, y casi vacías de corruptos, los refugiados sirios vienen muy despacito, si antes no se han ahogado, mientras los políticos se hacen fotos con una treintena de los quedan vivos, las madres no pueden dar de comer a sus hijos porque no les llegan los pocos euros que ganan ni a medio mes, miles de asesinados están aún en las cunetas mientras los fascistas campan a sus anchas por las calles y una caridad galopante hace que las injusticias sean aún más insalvables y para colmo de males los delincuentes de guante y cuello blanco se ríen de nosotros en nuestras propias narices sin pisar ni un centímetro de cárcel? y todo mientras asistimos al partido del siglo: independentistas que juegan al peloteo con el facherío español entreteniendo al personal, a través de todos lo medios de incomunicación de masas, que no piensa en otra cosa que no sea la cuestión catalana, la pierna de Rossi o en votar, aunque sea al diablo por si acaso esta vez el futuro y la fe están más cercanos.

Parecería que todo es una frivolidad si no fuera porque todo lo anterior es cierto y lo sabemos: los ricos cada día más ricos y los que les votan contentos de votar porque el día 20 de diciembre llega la fiesta de la democracia y si no quedas contento, sigue teniendo fe en la lotería que arreglará el resto un par de días después, lo sabemos todos la democracia es así, la están haciendo así y así les dejamos que la hagan, sobre todo votando y gracias a la fe en el futuro que sigue ahí. Siempre que ocurre igual sucede lo mismo? o peor.

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