Por Rodrigo Del Castillo Medina, jóven de 29 años, `speaker', presentador y natural de Villoruela
Tres y cinco de la mañana
es una hora exacta.
Un corazón afín
más un corazón afín
no son dos corazones afines,
posiblemente sea un amor.
Una copa
más una copa
más una copa
no son tres copas,
es una ligera liberación etílica.
Un cuerpo ardiente
encajado en otro cuerpo ardiente
no se traduce en suma y hoguera,
seguramente sea
la apertura de la caja de truenos
en un lavabo.
Tres copas
más otra copa
más unos chupitos
no es alcohol en suma,
es un extraño efecto,
todo se multiplica.
Un corazón no correspondido
a las cinco y diecisiete,
hora exacta,
no es más
que una compleja ecuación
en la que la resta
provoca una enorme división,
corazón reventado en mil pedazos,
elevando el estallido del mismo
a la máxima potencia.
Integralmente
hay mucho que sumar y restar,
multiplicar y dividir
en las múltiples ecuaciones
cotidianas de la noche
para que sean exactas
las matemáticas nocturnas.
Ródrigo Del Castillo Medina