Nueva concentración en la oficina central exigiendo soluciones e informando a los ciudadanos
Comunicado de Stop Deshaucios
Ante la falta de una solución por parte de Bankinter, la Plataforma Stop Desahucios Salamanca continúa su protesta contra la estafa de las hipotecas multidivisa y sigue exigiendo una respuesta para el caso de Ana, una de sus integrantes, afectada por este tipo de crédito en moneda extranjera. La deuda de Ana es mayor cada mes, situación en la que se encuentra desde la firma de su hipoteca hace ocho años.
Para denunciarlo públicamente, la Plataforma se ha concentrado durante toda la mañana de hoy a las puertas de la oficina central de Bankinter, en la calle Íscar Peyra de la capital, que ha cerrado su servicio de caja ante la presencia de los activistas. Los integrantes han informado a la ciudadanía sobre lo que realmente esconde este tipo de hipotecas, han extendido una pancarta con el texto "este banco engaña, estafa y echa a la gente de su casa" y han hecho sonar bocinas, silbatos y distintas percusiones durante la protesta.
La Plataforma de Stop Desahucios de Salamanca ha tomado conciencia de esta realidad y apoya a los afectados por las hipotecas multidivisa. Existen motivos perfectamente fundados y más que suficientes para afirmar que estos productos son ilegales. Se han comercializado de forma fraudulenta, incumpliendo las leyes de protección de los consumidores, el código mercantil y la normativa de las buenas prácticas bancarias. Estas hipotecas incluyen cláusulas abusivas, conllevan información confusa y farragosa de difícil comprensión e incompleta.
Los afectados por hipotecas multidivisa firmaron sus créditos hipotecarios creyendo aceptar una financiación accesible para comprar una vivienda. Creyeron, también, que los bancos eran instituciones de confianza y que cumplirían la obligación legal de velar por los intereses de sus clientes.
En el caso de Bankinter, este banco jamás mencionó las probabilidades reales de que el producto acabaría siendo perjudicial, ni explicó hasta qué punto las consecuencias podían ser nefastas en el contexto negativo que estaba por venir. Prometieron asesoramiento que nunca prestaron y presentaron las multidivisa como un producto fácilmente manejable y flexible que no conllevaba riesgo alguno.
La realidad es que los titulares de hipotecas multidivisa están ahora atados de pies y manos a un producto trampa, enormemente rígido y más costoso que una hipoteca convencional y, lo que es peor, regido por los vaivenes del mercado de divisas, uno de los más volátiles y complejos, asumiendo sin saberlo riesgos propios de grandes fondos de inversión y de expertos financieros.