OPINIóN
Actualizado 29/10/2015
Víctor Hernández

Cuando conocí a Raúl hace ya algunos años, pude ver en él a un músico con inquietudes y destrezas. En aquellos momentos ya destacaba en el dominio de instrumentos como la batería, la guitarra y, como no, el acordeón.

Y es que Raúl siempre ha vivido para y por la música, iniciándose en la guitarra de la mano de Manuel Lora (padre de Amós Lora) y aumentando su bagaje musical con el acordeón en el año 99.

Siguiendo siempre el camino de la música tradicional, vio la posibilidad de crear una nueva sonoridad, conjugando la riqueza del folclore con su propia visión de la música y, de este modo, comenzó a estudiar la manera de fusionarlos, forjando en su mente lo que años más tarde daría pie a "El Fuelle del Charro".

Raúl ha pasado por distintos proyectos musicales buscando la forma de redondear el suyo propio, y fue así, mientras cursaba Etnomusicología, como comenzó a sacar provecho de todos sus conocimientos.

Personalmente a mí, como colega de disciplina, me interesaba mucho preguntarle por la visión de su propia música desde el punto de vista musicológico y es ahí donde se descubre a un hombre apasionado por la búsqueda de las sonoridades.

Cuando empezó a descubrir que el acordeón no estaba siendo tratado con la trascendencia que merecía en Castilla y León, optó por hacer una selección de temas de los cancioneros populares en los que tanto había trabajado Miguel Manzano, reinterpretandolos con nuevas armonizaciones. Una vez hechos los arreglos, se fue a ver al propio Miguel Manzano para enseñarle su visión de esa música en la actualidad y lo mismo hizo con otros grandes entendidos de la música tradicional como Eliseo Parra o Kepa Junkera y de todos ellos recogió sus consejos y ánimos para continuar con su proyecto.

Fue así como entre los años 2013 y 2014, compaginando trabajo y estudios, se metió de pleno en la grabación de su primer disco, el cual vería la luz el 3 de diciembre del 2014 con un anuncio en las redes sociales que versaba así:

Este anuncio llegó a tener un gran alcance y fueron muchos los que se quedaron confundidos con la noticia, pero la verdad es que su bebé "El Fuelle del Charo" llevaría a Raúl y su equipo a viajaran a grandes escenarios del panorama Folk de toda Europa.

Yo que tuve la inmensa suerte de compartir escenario hace años con Carlos Núñez en el XXV Festival Folk de las Tablas de Daimiel (de la mano del folclorista César Hernández), presiento verdaderamente que la madera de la que está hecho Raúl Díaz de Dios, le llevará a convertirse en un referente a nivel Nacional de la música tradicional Salmantina y por ende de Castilla y León, con su música de raíces y fusiones étnicas.

Gracias Raúl, mucha suerte y a seguir triunfando.

 

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