OPINIóN
Actualizado 24/10/2015
Tomás González Blázquez

Hace casi dos años, la burra del PSOE fue llevada al mismo trigo anticlerical que esta semana. Un clasicazo. Y tuve que escribir sobre ello. Lo enlazo para no repetirme: http://salamancartvaldia.es/not/14383/separar-para-distinguir-denunciar-para-enfrentar-

 

Otrora el retirado Rubalcaba, ahora el candidato Pedro Sánchez, master en liderazgo político por un centro universitario del Opus Dei, paradojas de la vida.

 

Como es bien sabido, basta leer a algunos vecinos de columna sin ir más lejos, la Iglesia es culpable de todos los males, a medias con el PP, las multinacionales y la banca. Así que nada nuevo bajo el sol del otoño anticlerical y electoral. ¿Cómo arreglar el fracasado sistema educativo español, que no es uno sino diecisiete? Expúlsese la asignatura de Religión, siempre optativa, jamás obligatoria, escogida por más de la mitad de las familias: familias y escuela, no partidos y escuela, no políticos y escuela, no liberalismo o socialismo y escuela. ¿Cómo arreglar el maltratado sistema sanitario español, que no es uno sino diecisiete? Expúlsese la asistencia religiosa a los enfermos, apuéstese por esa "muerte digna" que hace indignas a todas las demás, y sométase la conciencia del profesional a la ideología del legislador. ¿Cómo arreglar las Fuerzas Armadas? Expúlsese a los capellanes castrenses, déjese de cantar en las cubiertas de nuestras naves la Salve Marinera y prohíbase a los legionarios desfilar con el Cristo de Mena. ¿Cómo sofocar la crisis económica que ahoga a millones de familias? Apártese a toda institución eclesial de esa labor de acompañamiento y promoción social, deje de recurrirse a Cáritas y compruébese qué ocurre si durante una semana la Iglesia cierra las puertas que, como deber y derecho, tiene abiertas. ¿Cómo morir en paz? Celébrense pomposas ceremonias sin obispos pero con poetas agnósticos y constrúyanse cementerios civiles sin cruces ni jaculatorias. ¿Cómo vivir a gusto? Cámbiense nombres de calles, hospitales y colegios que puedan ofender, como la calle San Pablo, el hospital Virgen de la Vega o el colegio Padre Manjón, y hágase fiesta en jornadas por sorteo cada año, para qué los domingos, la Navidad o el día de la Inmaculada (total, como vamos a mudar también el 6 de diciembre, ya apañaremos alguno cerca).

 

No sé cómo no nos habíamos dado cuenta de que todo el problema de España era que no es un estado laico sino aconfesional. Qué malos somos los creyentes (católicos, claro), que tenemos atenazada y oprimida a la población. Perdonen y díganme qué se debe. ¿Les vale con entregarles la Catedral de Córdoba o también quieren las llaves de mi casa?

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