OPINIóN
Actualizado 22/10/2015
Toño Blázquez

Figuras destacadas del toreo no han sido capaces, sin embargo, de hacer visible estéticamente su talento toreando con el capote y más concretamente su  suerte fundamental: la verónica. Envolver serena y templadamente el sunami que supone las primeras arrancadas de salida de un toro resulta altamente conflictivo y laborioso porque hay que columpiar en su justa medida dos sucesos antagónicos: la furia desbordante del toro virgen y un oficio dictado por dormidas pulsaciones. Lo que vulgarmente se denomina valor. Grandes intérpretes de la verónica así lo han demostrado. Unos con una habilidad sorprendente para acoplar al toro en los vuelos del capote cimbreando el talle, otros  haciendo del rítmico embroque una suerte de matrimonial obra de arte en base a enamorantes pinceladas estéticas nacidas de la personalidad del coletudo (Gitanillo de Triana, Camino, "El Viti", Romero, Paula, Morante..).

 Traemos en esta ocasión la verónica interpretada por un torero salmantino que duró poco pero a quienes le vimos en acción en sus mejores momentos consiguió soplarnos el corazón: Pepe Luis Gallego. Así interpretaba la verónica: cuerpo recto, elegante la apostura, apenas inclinado, sin aspaviento ninguno, ofreciendo delicadamente el pecho, cincelando una suave estética de pureza cargando la suerte. Se adivina el compás, la danza?

 La foto está tomada en la plaza de toros de Béjar el 3 de mayo de 1997. Grana y oro el vestido para un momento grandioso.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >El arte de Pepe Luis Gallego