ALBA DE TORMES | Se incorpora también a la procesión un breve acto de despedida de la santa en la Plaza de las Madres
Alba de Tormes se prepara ya para despedir el próximo 22 de octubre las Fiestas Patronales de Santa Teresa que concluirán con el Día de la Octava. Otro itinerario especial espera a la imagen de la santa, más reducido pero siempre tradicional y con dos novedades, la santa procesionará junto con un cuadro-retrato del Papa Juan Pablo II, ya que el 22 de octubre es día en que la Iglesía le recuerda litúrgicamente, al que fue el Papa del centenario del 1982 y el primero que como tal visitó la villa.
El cuadro del Papa Juan Pablo II, hoy santo, será portado por los miembros de la Marcha Teresiana en la cabecera de la procesión. Participarán además del pueblo, los grupos de charra, los Amigos de la Capa, la Adoración Nocturna, la Hermandad Teresiana y la Marcha Teresiana.
El grupo de charras interpretará un baile típico regional en la Plaza Mayor, en la zona correspondiente al Ayuntamiento y delante de la imagen teresiana.También se incorporará al acto un breve acto de despedida a Santa Teresa, a realizar en la Plaza de las Madres justo antes de que entre la imagen en clausura, y que lo proclamará un representante del pueblo, algo totalmente novedoso hasta el momento.
Itinerario de la procesión de despedida
Plaza Santa Teresa, Plaza Mayor, Calle Sánchez Llevot, Calle Colón, Calle Barco, Iglesía de San Pedro, Calle Piezarro y Plaza de Santa Teresa
ADVERTENCIAS
La procesión del 22 de octubre (octava de la fiesta) tiene un carácter más local de homenaje y despedida anual a Santa Teresa, reafirmando públicamente el compromiso del voto teresiano y del título de alcaldesa de la villa. Por eso, una vez llegada a imagen a la plaza de santa Teresa, se hace un breve acto de despedida por un representante de la villa, antes de introducir a la imagen en clausura.
Es conveniente el irse acostumbrando a desfilar todos en grupos compactos de personas, a modo de manifestación, mejor que en la forma anterior de dos filas.
Se recuerda que la apertura de la puerta exterior del convento de las monjas, sin que nadie antes entre dentro del zaguán y se preparen aglomeraciones innecesarias, es el símbolo visible y solemne del paso de la imagen a la clausura, marcando precisamente el momento del Adiós final.