Adrián, el niño con la enfermedad de Degos necesita una inmediatez que no está teniendo
La noticia de la situación del pequeño Adrián, un niño de cuatro años que padece una de esas enfermedades denominadas raras por su poca incidencia, se ha ido extendiendo por los medios de comunicación y las redes sociales de manera que ha evolucionado de la primera negativa por parte de la sanidad pública para asumir su tratamiento al público compromiso de la Junta de Castilla y León de hacerse cargo de que el pequeño lo consiga, pero del dicho al hecho no debería haber, en este caso, trecho alguno
La situación de este niño no debería tener que esperar que los sistemas de salud, políticos, sociales o de cualquier otra naturaleza retrasase más de un minuto el tratamiento que necesita, y ya han pasado demasiados días desde que se sabe que cual es la oportunidad que necesita la vida de Adrián.
Han sido muy satisfactorias las respuestas positivas que se han dado, eso si, en un segundo momento, pero hay que actuar ya, o mejor dicho ya habría que haber actuado.
Las palabras, las promesas, estudiar la situación para valorarla es una pérdida de tiempo llena de buenas intenciones ineficaces, cuando cada minuto, cada segundo, cuenta para salvar la vida de un niño de cuatro años, que a pesar de haber nacido en el primer mundo, en un estado de derecho, no recibe la inmediatez que debería y que se le puede dar.
El compromiso está, "el dicho" ya lo tenemos, y ¿el hecho?, por favor, no más demora, Adrián podría ser su hijo, podría ser su nieto o podría ser usted