No nos vamos a engañar, aunque aún estén puestas las terrazas y tengamos una chaquetilla a mano, aunque haya días que el sol parece que quiera decirnos algo, el calendario no miente. Es octubre y el otoño está entrando por más que nos queramos resistir. Hacen falta días ventosos y lluviosos para darnos cuenta de que hay que cambiar ya el armario y dejar en el recuerdo las fotos de esa playita en el mediterráneo donde pasaste unas buenas tardes de calor.
Más que integrados ya en la vuelta a la rutina, nos disponemos a que vengan tardes frescas de otoño, que se note en los días que anochece más pronto, que cambiemos los refrescos por chocolate con churros.
La rutina no es mala, es aquella que nos recuerda que somos unos afortunados y que cuando se siembran las semillas se acaban recogiendo frutos, por eso ahora cultiva, ya volverá el querido verano y podrás decir que valió la pena.
Feliz semana y... ¡a quererse mucho!