Cuando la monotonía en el trabajo empieza a hacer que todo parezca cuesta arriba, la música puede ser un factor fundamental para hacer que todo fluya con normalidad y las horas más duras sean un mero paseo sin perder la productividad.
Es un hecho probado que el estado de ánimo puede cambiar con solo escuchar una canción con la que te sientas en sintonía mejorando, por ejemplo, tu estado de humor.
Un estudio muy interesante reveló que cuando diferentes especialistas escuchaban música en sus auriculares en horas de trabajo su rendimiento era más productivo que el de aquellos que lo hacían en silencio.
La base de este estudio era probar que cuando se trabaja con música, las labores más difíciles se solventan de manera más relajada, siendo más fácil solucionar las adversidades. Esto también es aplicable a aquellas personas que estudian o que tienen que realizar tareas escolares.
Se puede entender fácilmente si atendemos a ciertas situaciones, como cuando estamos haciendo ejercicio y la música que suena es rítmica; el entrenamiento se hará mucho mejor. O cuando estamos en un contexto de mayor estrés, por ejemplo, en oficinas, las músicas melódicas hacen el ambiente mucho más agradable.
Otro ejemplo más es que si estamos trabajando en algo que tiene que ver con la escritura, escuchar canciones con letra da facilidades, ya que las palabras activan el lenguaje en nuestro cerebro.
Por otro lado, escuchar música que ya conoces te va a ayudar a realizar trabajos que requieren más concentración ya que no te distraerá tanto que si es música nueva para ti.
Es por eso que es muy importante la elección de la música en cada actividad, pero sea cual sea vuestra elección no dejéis de escuchar música.