Conocíamos cual era el manzano, el peral o el cerezo más temprano
Me he percatao*, haciendo memoria, que eran muchos los manjares de que disponíamos los niños en La Alberca.
Desde que me levantaba, y miraba a la lumbre donde los pucheros hacían gorgoritos al cocer, yo miraba cuando mi madre levantaba la tapaera* del puchero, y me llegaba ese grato aroma del café, y cogiendo con las estenazas* un tizón al rojo vivo lo echaba en el puchero del café, que de no ser por su agradable aroma hubiera creído que era agua de castañas espolás*.
Era salir al Barrinuebo y encontrarte con nuestras vecinas mayores que a todos tanto nos querían y te decían: "buenos días nos de Dios", y contestábamos, "Dios nos los dé santos y buenos", y te decían "hola prenda, quieres un puñaíno* de nueces".
Después de pelearme con las avispas para poder chupar un poquito de miel de los pellejos puestos al sol por la tía Rincona y la Úa corría como un galumán* para el Palaero, después me atusaba el pelo, y en el regato había gallinas con calza para conocer de quien eran.
Hoy no tenemos escuela, es día de guardá,* y nos disponíamos a tirar una piedras al manzano sanjuaniego* de la tía Felipa, pues eran las primeras que mauraban,* que al caer se machucaban, pero eran exquisitas.
Si decidíamos ir a por niespras*, a los niespros* de Pope o de Viña del río La Llana, si nos cruzábamos con alguien, nunca le decíamos dónde íbamos, "¿Pande vais?, paí vamos", no le decíamos ni nones.
Conocíamos cual era el manzano, el peral o el cerezo más temprano, pues no siempre había suficientes alientos en la mesa de algunas casas, y aún recuerdo cuando algún niño le decía a su madre, "madre, tengo hambre" y le respondía, "alza la pata y lambe", ni siquiera teníamos suerte en los cuentos, "¿quieres una nue?, "si", "la llevó el tío Manué", "¿te cuento el cuento de los higos?, "si", luego te lo digo", lo mismo nos pasaba con la climatología, "¿tienes frío?, pues metete en el río", ¿tienes calor? Pues metete en el farol".
Pero eso sí, todo lo hacíamos con alegría, tanto que si era de noche, veníamos cantando:
A la una canta el cuco.
A los dos la cotovía
A las tres el ruiseñor
A las cuatro viene el día.
Levanta te,
Que ya es de día,
Que ya se ve,
Que ya es la hora,
De venirte a ver.
La verdad es que nos movíamos más que un argaíllo*.
Y a jugar a la chirumba, que el palo te zumba.
Andrés Barés Calama.
De la jerga de La Alberca:
Percatao* = Darse cuenta, Tapaera* = Tapadera, Estenazas*, = Tenazas, Espolás*, = Caldo de castañas cocidas con raja y anisetes, Galumán*, = Muy rápido. Guardá*, = Día festivo. Sanjuaniego*, = Clase de manzano. Mauraban*, = Maduraban. Niespras*, = Fruta del Niespro.