¿Se han fijado que en la actual crisis humanitaria los periódicos y políticos españoles hablan de refugiados pero apenas de refugiadas?
Si tienen tiempo les invito a que hagan una búsqueda rápida entre los titulares de los artículos que abordan este drama humano. La inmensa mayoría utiliza el "masculino universal": los refugiados vendrán -o no vendrán-?; los refugiados aguardan?; los refugiados se mueren?etc. Puede que alguien esgrima el argumento de la economía del lenguaje, que lo hacen por ahorrar tiempo? dada la situación urgente? Pero es que en este caso, utilizar una perspectiva de género es desgarradoramente urgente. Y no estoy hablando simplemente de un tema de corrección política sino de un problema de visibilidad de la situación de las mujeres refugiadas. Y lo digo porque según Liz Miller, las refugiadas son el colectivo de mujeres más expuesto en el mundo a la violencia física y sexual. (http://goo.gl/QabLa7 ). Lo que les ocurre hoy a las mujeres refugiadas es condenadamente urgente.
Diferentes ONG y agencias de Naciones Unidas, como ACNUR, ONU Mujeres, UNICEF o Amnistía Internacional han denunciado desde hace décadas los peligros adicionales que corren las mujeres refugiadas: la violencia física y sexual contra las mujeres y los niños incrementa exponencialmente en situaciones de guerra, desastres naturales, desplazamientos forzosos, campos de refugiados y procesos de asentamiento. El hacinamiento de los campos, la falta de alimentos y de dinero, y la desesperación por salvar a sus hijos y familiares incrementan estas dramáticas cifras. Si tienen tiempo revisen los documentos publicados por estas agencias al respecto, (como por ejemplo éste:http://goo.gl/T5bVFg.
Sin embargo, de este tema la prensa y la clase política españolas apenas hablan. Son violaciones de derechos humanos flagrantes y totalmente invisibilizadas. La falta de empatía para con su situación es obscena. Hagamos al menos nosotros un ejercicio mental: Si tienen tiempo, piensen en cuántas mujeres conocen que no soportarían lo que sea por salvar la vida de sus hijos o de sus padres. Yo a veces me pregunto cuántas de las mujeres que han salido de Siria han tenido que enfrentarse a situaciones así o cuántos hombres y mujeres de las que están a las puertas de Europa han tenido que tomar decisiones vitales que nosotros no podemos ni queremos ni tan siquiera imaginar.
Da la casualidad que muchas veces pienso en estos temas de camino al trabajo. Y en esa ruta a menudo me encuentro con chicos y chicas jóvenes en la calle Toro que buscan gente con ganas de ayudar a los refugiados y a las refugiadas. Si suelen pasear por el centro seguro que los han visto frente al Liceo; poca gente se para y aún menos colabora. Pero no voy a entrar ahora en temas económicos porque no es lo más importante. Permítanme eso sí que hable de un tipo de gente que se para, pero no para colaborar o escuchar lo que esos jóvenes tengan que decir. Se paran para expresar su oposición a la llegada de los refugiados y por lo tanto, también de las refugiadas. Las razones son tan absurdas y carentes de humanidad que me niego a repetirlas aquí. Pero yo me pregunto si esa gente ha tenido tiempo de pensar de verdad en el camino que han tenido que hacer las personas refugiadas para llegar hasta aquí. Si piensan en las violaciones físicas y de derechos que han sufrido durante el viaje, si acaso imaginan esas "decisiones difíciles" que muchas de ellas habrán tenido que tomar para poner a salvo a los suyos. Yo personalmente pienso y pienso, y no tengo nada que decir o que objetar a su llegada a Salamanca. Los refugiados y (especialmente) las refugiadas merecen a mi modo de ver todo mi respeto, admiración y apoyo. Y lo demás sobra.
Así que si tienen tiempo, piensen unos minutos en ello, pero sobre todo, piensen unos minutos en ellas. Y si ustedes no tienen tiempo para dedicarles unos pensamientos, entonces no lo pierdan defendiendo lo indefendible.