No todas las decisiones se toman de forma inmediata, algunas necesitan un proceso largo, algunas no se llegan a tomar nunca.
Aunque la vida nos va exigiendo tomar decisiones constantemente, a veces se nos hace difícil dar un paso en el que la vida empuja y nosotros nos resistimos. En este punto seguro que muchos de ustedes se han encontrado alguna vez, no todas las decisiones se toman de forma inmediata, algunas necesitan un proceso largo, algunas no se llegan a tomar nunca.
Las cosas que nos complican ser determinados suelen tener que ver con el efecto de la decisión en nuestra vida, si el efecto es pequeño, generalmente no nos lleva mucho dar un paso firme, si el efecto implica grandes cambios, la cosa cambia, aunque también en esto como en todo hay estilos personales, hay quienes son más echados para adelante y quienes se dejan llevar hasta que las circunstancias deciden por ellos
Las personas que acuden a un mediador lo hacen después de haber tomado una decisión que implica tener que tomar más decisiones, decisiones que precisamente tiene efectos para ellos mismos y para su entorno más íntimo. Un mediador ayuda a que la decisión sea tomada siempre en primera persona, a que las personas sean capaces de dar pasos sin sentirse empujados y a facilitar que las decisiones que afecten a más de una persona sean tomadas en forma de acuerdo.
Si la decisión en cuestión tiene que ver con un asunto familiar, la mediación permite que las personas adquieran protagonismo, lo que implica a la vez responsabilidad, y para ello ofrece un proceso que da las herramientas necesarias para que lo decidido genere satisfacción.
Si aun no sabe qué decidir, quizás sea una buena decisión consultar con un mediador.