Fue ayer mismo. Me dirigía a Salamanca desde Santa Marta en el autobús. Dos chicas jóvenes - unos 16 o 17 años ? conversaban sobre sus estudios. Lucían en sus orejas pequeños auriculares blancos y sujetaban en sus manos ? como si se tratara de su más preciada posesión ? sendos móviles, que miraban de cuando en cuando, tras sonar esa conocida melodía de entrada de mensaje.
"Pues desde luego yo prefiero la economía que te enseña algo práctico, pero la filosofía ¿para qué sirve?" Yo pensé, engañoso error de juventud pues únicamente los años te hacen saber que lo es. Pero los jóvenes tienen derecho a equivocarse, nosotros lo hicimos y aquí estamos, sobrevivimos. Como afirmaba con ironía Enrique Jardiel Poncela: La juventud es un defecto que se corrige con el tiempo.
¿De qué trata la economía? Pues es una ciencia social que estudia los modos de proceder para la administración y gestión de unos recursos limitados y disponibles, con objeto de obtener unos bienes o servicios que satisfagan las necesidades de las personas u organizaciones. Se trata pues de una ciencia que se mueve entre índices, porcentajes, tendencias, precios, demandas, etc. Factores externos a nosotros pero sin duda de gran influyen en nuestras vidas, por tanto es útil conocerla.
Y la filosofía ¿qué es? Pues como la propia palabra indica «amor por la sabiduría», pero no sólo eso. La filosofía es estudio y reflexión sobre problemas fundamentales como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, el razonamiento y el lenguaje; conceptos todos ellos muy devaluados en nuestra sociedad. En palabras de Fernando Savater: La filosofía no sirve para salir de dudas, sino para entrar en ellas. En mi opinión la filosofía es un arte, el arte de aprender a vivir mientras vivimos.
La filosofía existe entre principios éticos, valores vitales, normas de conducta, moral práctica. La filosofía emerge cuando los seres humanos pierden sus certezas, cuando todo a su alrededor se tambalea y no tiene dónde agarrarse para no caer. La filosofía nace de la nada, se va creando a sí misma. Se alimenta de la curiosidad y la duda. Se pregunta sobre TODA la realidad: el cosmos, la religión, la naturaleza, la conducta humana, la técnica, los derechos, etc.; siendo su finalidad última comprender y extraer normas útiles para tener una buena vida. Por estas razones existen muchas disciplinas filosóficas: de la ciencia, del derecho, de la historia, de la física, del lenguaje, de las matemáticas y, por supuesto, también de la economía.
Gustavo Bueno, el filósofo riojano, que por cierto comenzó su vida docente en el instituto Lucía de Medrano de Salamanca donde ejerció hasta 1960, dijo que el saber filosófico no es un saber del pretérito, sino un saber acerca del presente y desde el presente. Las ciencias pueden aportar información exacta sobre el número de personas que respetan un paso de cebra o compran un determinado producto, pero la pregunta es ¿por qué lo hacen? ¿qué razón les mueve a actuar de una u otra forma, a tomar una u otra decisión?
Adela Cortina, Catedrática de Ética de la Universidad de Valencia, dijo en una entrevista publicada por El País el 28 de enero de este mismo año: Ninguna actividad humana puede quedar más allá del bien y del mal. Uno no se quita la ética como se quita el sombrero. No todo vale. Una empresa debe satisfacer las expectativas legítimas de todos sus afectados. No solo de los accionistas, también de los trabajadores, los clientes, el medio ambiente, etc. Por esta razón las opciones sobre las que deberán decidir las jóvenes del autobús no son excluyentes ¿VALORES HUMANOS o valores de bolsa? Ambos.