Canto a Córdoba
HOY VUELVE AL RUBIO VIENTRE DE LOS TRIGOS
Adivinación crepuscular de horas robadas,
Córdoba.
Entre siglos de embozos y alcazabas de luz.
Córdoba.
Episodios de sangre;
luciérnagas que cantan la mirada.
Un sur de árabes cenefas, inhiestas celosías
de limón y amaranto. Azahar y patios.
Otra vez Córdoba.
Sola de soleá, de Islero épica.
Preñada en lágrimas por la Mezquita,
la que expande en minaretes tanta estrella.
La que cimbrea a Cristo
y da de beber jazmín en los hogares.
¡Mira, ahí vuelve Córdoba!
Abrazo lorquiano en mi pupitre, Córdoba.
Hoy vuelve al rubio vientre de los trigos,
a alumbrar gargantas por Montilla o Baena,
alcores de vid, Guadalquivir profundo y serio.
Córdoba grave, ceñido viento de cartagineses.
Córdoba, Córdoba, Córdoba.
Noche de siglos envidiados.
Dame tu abrojo de primavera
y tu misterio de ensoñadores ojos.
En ofrenda, una Castilla sabia,
un dintel de brumosos encinares,
un pañuelo charro que al mirar vuele hasta tus leones.
Córdoba en distancia, ¡tan cercana!.
Media luna de labios encendidos a galope de espadas.
Al-Andalus de jazmín, agua conquistada, arpegios, poetas?
Córdoba, Córdoba?
Soñada y hermosa Córdoba.