LA MARCA ESPAÑA


OPINIóN
Actualizado 16/09/2015
Natividad Cabezas García

Hace pocos días estuve en la oficina del paro y pude ver de primera mano el drama del desempleo.

Las cifras que barajan las estadísticas no reflejan el aspecto humano y la crisis personal  y emocional de cada una de las que acuden a las oficinas a demandar empleo.

Algunas se vuelven apuntar después de haber tenido la suerte de trabajar por unos meses durante el verano. Con sueldos precarios y horarios fuera de la ley.
Otras siguen renovando trimestre a trimestre y esperan con paciencia a que esta crisis toque su fin y por fin puedan acceder a un puesto de trabajo.

En el peor de los casos te encuentras con gente mayor de cincuenta años a los que la situación actual les ha dejado en la cuneta. En España se les considera mayores y con escasas o nulas oportunidades a pesar de que la mayoría pueden aportar a la sociedad su amplia experiencia y valía. Ya no se les tiene en cuenta, las empresas prefieren contratar a  un recién titulado que les hace un servicio desde la modalidad de becario y al que no se les enseña ni tutela por parte de un experimentado compañero. No, el recién titulado si quiere la beca deberá cubrir el puesto de un trabajador experimentado y por supuesto sin derecho a quejarse, ¡Faltaría más, con la oportunidad que le dan! y  si tiene la suerte que le abonen 500 euros puede darse por contento.

Entrar en una oficina de empleo, deprime. Por esa razón y desde mi humilde aportación, quiero hacer una llamada a la sociedad en general, pero en particular a las Administraciones que cambien las políticas de empleo, que impidan que nuestros estudiantes brillantes, cuando terminen sus carreras  tengan que ir a otro país, donde sí saben valorar sus conocimientos y su valía, esa que con el esfuerzo de todos los españoles hemos ayudado a que la adquieran. Esos países que saben lo que cuesta invertir en educación, se están apoderando de nuestros jóvenes talentos, sin haber invertido un euro en ellos, pero que les dan la oportunidad que España no quiere brindarles.
La otra realidad es la de las personas con más de 25 años de vida laboral que se ven obligados a emigrar a países necesitados de profesionales con mucha experiencia como son los nuestros. Esos países que no tienen la suerte de haber formado a trabajadores de excelencia, también se están beneficiando del mercado laboral español. Como diría algún político: " LA MARCA ESPAÑA".

Pues sinceramente me gustaría, como seguro que a muchos lectores, que esa marca repercutiera en la economía española a la que contribuimos todo y todas esas personas se quedaran aquí enriqueciendo nuestra economía.

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