La ciudad luce muy bonita y las calles están llenas de gente. Es verdad que hay más conciertos gratuitos y que la gente llena las casetas. Podemos presumir de ciudad aunque a algunos cada vez nos gusten menos las aglomeraciones.
Pero los que estamos en lo social y normalmente nos toca abordar dramas familiares y difíciles historias personales sobre todo en niños y niñas, no podemos menos que hacer otras cuentas. Cuando la gente critica el dinero para refugiados para ayudas sociales, es imposible no calcular el que se quema en fuegos artificiales, pero supongo que hay que mover la economía.
Respecto a que las fiestas son en honor a la Virgen, es de chiste, soy de los que valoran las tradiciones pero la profundidad de las creencias hace tiempo está en entre dicho, y la Misa de la Catedral se convierte en mujeres mayores mandonas colocando a sus maridos en los reclinatorios una hora o dos antes de la Misa. Acabamos juzgando igual la ofrenda a la Virgen y el toro de la Vega y no es lo mismo.
Después otra cosa que me sorprende son los jóvenes de fiesta. Los de Santiago Uno no pueden salir o tienen un horario mucho más limitado y de verdad que no beben más y quizá si fumen algo más que la mayoría de los de su edad que contemplo saltando medianas. Lo que sí tengo que reconocer es que quizá no les sienta tan mal y no se meten con la gente porque su subconsciente no les traiciona.
Pero hay que reconocer que es de los años que más he salido y que más consciente he sido de las ferias.
Por otra parte el colegio ya ha empezado y nos toca estar luchando con las estrecheces de las leyes que siguen sin contemplar la diversidad.
Mientras no se politicen en exceso las fiestas todo va bien porque la Diada de Cataluña fue un ejemplo de fiesta totalmente politizada para buscar unos objetivos unidireccionales de una determinada tendencia.
Acabemos bien las fiestas y que todos las disfruten a algunos se nos revuelven un poco las prioridades pero hay que divertirse lo más sanamente posible.
En la plaza Mayor Sagrada mejor actos públicos que no privados de la " jet set", ahora nos asusta menos que se estropee el monumento.