OPINIóN
Actualizado 12/09/2015
José Antonio Mirón

Estamos en Ferias y, por tanto, de fiestas. Es tiempo de disfrutar de la familia, de los amigos y de los vecinos por las calles de la saludable Salamanca en la que vivimos y convivimos. Esta ciudad castellana, medieval y universitaria que nos permite revivir la Historia, valorar la grandiosidad de sus monumentos, percibir la universalidad y los horizontes naturales y virtuales a través de sus calles, de sus catedrales y de sus universidades. Disfrutarla en fiestas produce mayores sensaciones y emociones porque son compartidas entre el bullicio y buen ambiente de sus gentes. 

Las fiestas son necesarias porque conllevan cambios en la rutina diaria, porque el ambiente general es propicio a mejorar los ánimos, lo que permite disfrutar de estos días bulliciosos y ruidosos, pero llenos de energía que nos invita a bailar, cantar y reír. En estos días también es deseable y recomendable, cambiar de rutinas y pasear para descubrir los renovados barrios; como por ejemplo el cambio ocurrido en el barrio del oeste con sus calles y paredes engalanadas de pinturas y murales que hace que parezca una exposición cultural viviente y sentida cuando se pasea con tranquilidad por sus calles. Enhorabuena al movimiento vecinal y social que ha ideado y desarrollado este proceso de compromiso con su barrio y con sus gentes. Porque al disfrutar de la fiesta de día en las casetas de la plaza del oeste se siente una gran alegría al ver que existen cambios llenos de energía vital que mejoran el horizonte de las nuevas generaciones y que no todo se debe a los grandes proyectos macroeconómicos, dado que lo fundamental está en la energía de las personas y en el espíritu y autoestima de los pueblos. Hay que sentirse orgullosos de nuestros barrios y de nuestra ciudad y, en consecuencia, hay que cuidarla para que tenga condiciones medioambientales que la hagan cada día más saludable

También es saludable cambiar de tapas y de lugares de paseo y de tapeo para disfrutar del cambio y de la novedad con tranquilidad, prudencia y sentido común. ¡Ese sentido que se va a tener que vender en las farmacias para que se reconozca y se defienda lo fundamental frente a lo accesorio!. Por ejemplo, para tener energía y disfrutar de estos días, se puede y se debe comer y beber de todo; pero en las cantidades apropiadas, sin pasarse, para no poner en riesgo ni la glucemia habitual, ni el colesterol, ni la tensión arterial y emocional ni el estrés familiar.

Las fiestas sirven para mejorar el estado psicológico y social y, esta mejora, si se administra con tranquilidad  y sensatez, repercute positivamente en el componente físico y biológico de nuestro organismo. Pasarlo bien es necesario y su mejoría se hace más significativa si se comparte con los amigos, con los familiares, con los vecinos y, también, con los turistas que nos visitan porque somos organismos biopsicosociales. Necesitamos a los demás para convivir y disfrutar; porque somos dependientes, la independencia individual y social es una de las mayores falacias porque el espíritu humano conlleva construir juntos para proteger a los nuestros y a los demás.

Disfrutar cuando se tiene ocasión y en un ambiente de cordialidad y generosidad como son los días de fiesta no produce más que Bienestar y Calidad de Vida. Porque para eso existimos... para disfrutar y vivir saludablemente

JAMCA

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