Salamanca tiene que movilizarse de inmediato. La Ciudad de la Cultura no puede permanecer impasible ante tanto sufrimiento
Grupo Local de Amnistía Internacional Salamanca
Desde marzo de 2011 cerca de 300.000 personas han perdido la vida en el conflicto armado de Siria, y otras miles permanecen detenidas, secuestradas o desaparecidas, siendo objeto de tortura u otros malos tratos o malviven en ciudades destruidas y bajo asedio. Tanto el Gobierno sirio como los grupos armados de oposición son responsables de abusos contra los derechos humanos y crímenes de guerra.
Como consecuencia del terror desatado, el número de personas refugiadas alcanza los 4 millones , la gran mayoría en países vecinos como Jordania, Líbano, Irak o Egipto, y otros 7,5 millones de personas se encuentran desplazadas dentro de las fronteras de Siria. Es decir, más de 11 millones de personas, aproximadamente la mitad de la población de Siria, han tenido que abandonar sus ciudades porque ya no hay viviendas, ni escuelas, ni hospitales, ni medios para ganarse la vida; ni posibilidades de sobrevivir. Situaciones idénticas se viven en Irak, Afganistán o Libia, y a la construcción de este infierno no hemos sido ajenos los países occidentales.
Solo una pequeña parte de este enorme contingente humano ha llegado a Europa, unos 160.000, con enormes sufrimientos y miles de muertos en el intento; son esas personas que los medios de comunicación nos están empezando a enseñar, y que atraviesan andando medio continente para encontrar un lugar donde asentarse con seguridad. Son esas personas que por miles llegan a Italia, a Grecia, a Turquía? totalmente desvalidas. Son esas personas que caen a menudo en las garras de mafias por la sencilla razón de que los gobiernos europeos no han abierto vías legales para que puedan entrar en nuestras ricas naciones. Son esas personas cuyos cadáveres siembran las playas del sur de Europa y cuyos niños mueren ahogados en trágicas circunstancias. Son ese niño-cadáver cuya foto ha suscitado tanta indignación ciudadana que ha hecho reaccionar a nuestros gobernantes. Gobernantes que hasta ahora mismo miraban para otro lado. Por ejemplo los nuestros, que pese a tener información suficiente del desastre desde hace muchos meses, aprobaron en Consejo de Ministros recibir ¡¡a 130 refugiados en 2015!! Afortunadamente ahora rectifican y se muestran dispuestos a acoger un número mayor de refugiados, que deberían precisar enseguida, pues las víctimas no pueden esperar más.
ACOGER 200.000 REFUGIADOS NO SUPONE NINGÚN PROBLEMA REAL YA QUE NO SON MÁS QUE EL 0,04% DE LA POBLACIÓN EUROPEA. POR ESO LOS TÉRMINOS QUE UTILIZAN MUCHOS POLÍTICOS, COMO "INVASIÓN" 0 "ENJAMBRE" NO SON MÁS QUE REFLEJO DE UNA MENTALIDAD INSOLIDARIA
Tenemos responsabilidades en las causas del desastre y tenemos responsabilidad en la solución. En nuestro ámbito más cercano, el local y el provincial, ayuntamientos, instituciones y ciudadanos debemos movilizarnos para ofrecer y organizar la solidaridad. En este sentido, queremos recordar que hace unos meses, en el marco de una campaña en defensa de la población civil víctima de estos conflictos, el Grupo Local de Amnistía Internacional propuso a los partidos políticos que apoyaran unánimemente en los ayuntamientos una moción en la que se pedía al Gobierno una mayor implicación y se ofrecieran los recursos de que cada institución pudiera disponer. Solo la aprobaron Santa Marta de Tormes, Salamanca y la Diputación, pero es más que suficiente para organizar la gran campaña de solidaridad que la situación y la decencia exigen.
Concretamente, en los próximos días Amnistía Internacional pedirá entrevistas urgentes con los grupos políticos y los órganos de gobierno para pedirles que implementen de inmediato medidas para acoger un número determinado de refugiados, para organizar y coordinar, con las ONGs y organizaciones como la Universidad, colegios profesionales, asociaciones de vecinos? la logística necesaria y la solidaridad ciudadana, y para ayudar a la movilización regional y nacional que es preciso poner en marcha. En estos momentos, muchas ciudades y algunas comunidades autónomas, de diverso signo político, han anunciado ya su activa participación. Queremos y pedimos que Salamanca se sume de manera ejemplar a esta tarea.