Líderes sin lucha
Septiembre da entrada al nuevo curso político. Acostumbrados a que durante el mes de agosto nos dejaban los telediarios huérfanos de chorradas varias, los políticos no nos han dado ni un solo día libre este año. Así pues, Fátima Báñez, la porteadora de la cartera de empleo, ha dado la campanada del verano.
En julio sacaba pecho de esa archiconocida estacionalidad estival del empleo de España http://www.negocios.com/noticias/banez-vez-mayor-calidad-13072015-1411 para seguir en determinados actos públicos, foros, instituciones seguir trasladando este mensaje machaconamente, pero llegó el 31 de agosto, el primer lunes de septiembre y trajo la hecatombe. No sólo no ha dado la cara, si no que se ha quedado tan pancha. Lider no es quien lucha por ser el primero, sino el primero que empieza a luchar. Fátima no es nuestra líder del empleo, está claro.
Como ministra de empleo tenía los objetivos claros: bajar la tasa de desempleo de casi 30% al 20%, pero tras 4 años de crédito político, sigue sin haber encontrado los instrumentos.
Estos ejemplos tan claros a nivel nacional, también los encontramos a nivel local. De hecho, tan pocos cambios se han producido y tan poco se ha hecho, que un mero cambio estético se convierte en comidilla de cada patio interior, bar, cola de la compra o banco de parque. Si es que no tenemos remedio.
A todo esto, el nuevo curso trae datos que demuestran que las aguas electorales vuelven a su cauce. El patio político de la piel de toro vuelve a hablar de los 2 grandes partidos como opción tangible. Mucho tiene que cambiar la cosa, pero de ahora a esa posible fecha de diciembre, veremos cómo poco más varían los votos.
Insistiendo en el caso de la ministra Báñez, entre nuestros líderes políticos veremos quienes son los que luchan por ser el primero y los que primero empiezan a luchar. La caída de líderes como Iglesias y Rajoy (ahora en entredicho tras la situación del homólogo guatemalteco) el veleta Sánchez y su clara posición a favor del apoyo a Cataluña como nación, dejan destapadas las vergüenzas de un Rivera que se muestra aterrorizado por no mostrarse como líder, sino como un mero espectador de lo que esté por venir. Otra situación muy parecida a la local, lo que va a provocar una feria con pitos, silencios y algún lanzamiento de almohadillas del respetable. Y es que al final, muchos estarán en contra de la fiesta nacional, cuando en nuestra gran nación hay fiestas todos los días.