Dicen que se ha conmocionado Europa con la imagen del niño sirio ahogado y tirado en una playa. No entiendo muy bien el motivo, imágenes como estas nos bombardean todos los días desde hace muchos años. Si se pone en un buscador de internet las palabras niño y Siria, sale una cantidad impresionante de fotos que deberían conmocionar. No quiero ni contar que ocurre si amplias el campo de búsqueda.
Puede que no me crea lo de la conmoción puesto que básicamente me he estado fijando en las caras de las autoridades españolas y europeas, y la verdad es que ni siquiera les he visto pestañear. Incluso llevan meses intentando repartir 40.000 refugiados, cuando la propia Unión Europea habla ya de 120.000. Y mientras, se sigue diluyendo el proyecto de unidad europea (la económica no claro, en esa ya sólo mandan los oscuros intereses de siempre con Alemania de mamporrera). Y crecen los llamados escépticos, que recuerdan mucho los fascismos de antaño. Algunos ni siquiera tienen recato en decir las barbaridades que piensan, o actúan directamente.
Debería llamar la atención el comportamiento de autoridades nacionales de Europa, en especial si recordamos lo ocurrido en este continente el siglo pasado. Por no hablar de los cientos de miles de republicanos españoles (aunque supongo que para la derecha española no son ni españoles ni han existido nunca). La memoria, por supuesto, siempre es selectiva, en especial en países que llevan mucho tiempo "exportando" ciudadanos, sea por motivos políticos o económicos como? España casualmente. Lo de la solidaridad, en un mundo tan descaradamente desigual, sigue sin funcionar, más allá de iniciativas cuasi personales, con el permiso de nuevos Ayuntamientos que demuestran que hacer política de otra manera sí es posible.
Olvidándonos de situaciones conflictivas clásicas siempre ligadas a intereses económicos del exterior, como las de África, las nuevas de Oriente Medio tienen que ver con la "expansión de la democracia" que pregonaba ese gran estadista llamado George W. Bush. Desde luego no apoyo a dictaduras como las que entonces existían en Irak o en el Norte de África, o continúan en Siria, en absoluto. Por cierto, no muy distintas de las que todavía hay en países como Arabia Saudí y otros del Golfo Pérsico, aunque estas sí parecen tolerables. El asunto es que, en muchos casos, detrás de todo ello se esconden intereses discutibles de países occidentales, muy aficionados a promover o apoyar dictaduras si es preciso, azuzando conflictos desde un punto de vista militar, y dejando los "daños colaterales" a los demás. Al fin y al cabo en demasiados casos primero las dictaduras y luego la expansión del radicalismo islámico, ha estado financiada o armada por esos intereses directamente o con la colaboración de algún "país amigo" tan talibán como a quienes apoyan.
Y aquí estamos, con cientos de miles de refugiados políticos que, por una vez, están en las puertas de Europa (lástima que Estados Unidos esté tan lejos). Un problema del que en gran medida somos responsables por acción u omisión, evitable con una política de relaciones internacionales distinta y no basada en los intereses de unos cuantos. Desde luego trabajando siempre por la paz (qué iluso dirán).
En cuanto a espacio para acoger refugiados, (aparte de mi casa claro, que apuntará algún imbécil), en el pico de población de los últimos años según el Padrón, sin contar nacidos en el extranjero, los nacidos en España éramos 41.501.950 en 2012, reducidos a 40.446.266 en 2015. Se ha dejado más de un millón de huecos y viviendas tenemos cientos de miles cerradas. Lo único que no tenemos al parecer es dinero, supongo que porque se lo hemos dado a los bancos. Afortunadamente reconcilia el hecho de que muchos ciudadanos españoles y europeos sí parecen dispuestos a acoger a esta gente, como hemos visto en Alemania, por ejemplo.
Gallego & Rey