Como llega el viernes; día de pirotécnicos anhelos, de alas en el calendario laboral, del beso de tornillo de la nómina mensual, cuando a las agujas de los relojes les da en la oficina por ir en piragua.
Día de maletas inquietas en las que los mapas hacen manitas con el GPS.
Día de las caras de velocidad en el río de la semana remada con esfuerzo,navegado cada minuto, acuérdate, con el esfuerzo de la sal.
Y cuando todos nos queremos viajar.
span style="font-family:Verdana, sans-serif;font-size:large;">Que es tiempo de muda, nadie ignora, de echar la piel laboral en la cesta de la colada, y perderse por donde sea.
Pero yo me quedo en mi pueblo grande, en Salamanca, ciudad que con su movimiento callado de siglos, hace, con su gran batea de la arenisca, del tiempo: Tempo de oro y sueño.
Visita Salamanca como lo hacen miles de maravillados viajeros cada día.
Bienvenidos, amigos virtuales y de virtud, porque, como cada viernes, te mereces algo así.
Fotografías: El río Tormes a su paso por Salamanca.