OPINIóN
Actualizado 03/09/2015
Víctor Hernández

Para un músico, dedicar mucho tiempo a la práctica de su instrumento es fundamental, puesto que de la cantidad de horas que dedique a ello dependerá su mayor o menor dominio.

Pero lo que muchos no se imaginan es que algo tan bonito como la música puede ocasionar al interprete unas dolencias que si no se subsanan, pueden acompañarle de por vida.

Un reciente estudio nos ha dado algunas claves para cambiar la actitud frente al tiempo que se debe dedicar a la práctica instrumental.

Se sabe que es a partir del 4º año de trabajo con el instrumento cuando se empiezan a detectar niveles de molestias físicas que pueden ser preocupantes.

Un grupo de investigadores australianos analizaron a 731 estudiantes de música, de entre 7 y 17 años, concluyendo que el 67% de ellos sentía dolores, debilidad u otro tipo de síntoma. El 30% afirmaron que estos síntomas les habían afectado de tal forma que habían visto alterada su capacidad para poder tocar durante los últimos meses.

Y un dato concluyente del estudio fue que al incrementar 1 hora a la semana el tiempo de práctica instrumental, se podía aumentar hasta un 7% la posibilidad de lesión.

No obstante, hay un dato muy a tener en cuenta en este estudio y es que los instrumentistas que tocan más de un instrumento se vieron fuera de las anteriores estadísticas, es decir, los que tocan tres o más instrumentos eran los que menos dolencias tenían.

De este estudio y de la compilación de otras fuentes, se puede sacar una conclusión básica, lo que acaba lesionando a un músico no es tocar muchas horas sino no variar la postura por tocar muchas horas "la misma cosa". Así que, ya sabéis, parece que es mejor ser un multi-instrumentista del montón que un virtuoso jorobado.

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