BÉJAR | 'El descontento generalizado sobre los gobiernos del Partido Socialista y Partido Popular, ha hecho brotar manifestaciones y concentraciones expresando el malestar y la disconformidad actuales'
ADIOS AL BIPARTIDISMO Y A LAS MAYORÍAS ABSOLUTAS
Independiente de los resultados de los partidos emergentes, de los que aun nos queda por ver su efectividad de gobierno (en el supuesto que lleguen a ello) de lo que sí estamos seguros es que van a tener una cabida sustancial en el próximo Parlamento Nacional y las mayorías absolutas van a desaparecer. A pesar de que por parte de todos, unos y otros, los tradicionales y los emergentes, se diga de no pactar con éste o aquél partido, sin temor a equivocarnos los pactos se producirán y será la forma de restar la prepotencia y el absolutismo en que muchas veces hemos estado inmersos por el solo hecho de obtener la mayoría absoluta.
A lo largo de la actual época democrática, dos partidos políticos han venido sucediéndose en el gobierno del país, excepción hecha de la UCD que lo hizo en los primeros años tras la muerte del dictador para posteriormente desaparecer. De aquél entonces hasta hoy, el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular, han ido al alimón en la gobernabilidad de España, con aciertos y desaciertos en el caso de ambos. Si bien el PSOE, siempre ha dado muestras de mayor sensibilidad social para cubrir las necesidades de primer orden, algunas de las cuales en la actual legislatura del Partido Popular se han visto muy mermadas, argumentando la crisis padecida e incluso la herencia recibida.
Otros partidos también formaron parte y lo siguen haciendo de la democracia española. Algunos de ellos incluso apoyando al partido gobernante si le era necesario. Algunos de ellos como Izquierda Unida, los nacionalistas PNV y CIU, y hace pocos años UPYD, a los que hemos de sumar otros minúsculos con escasa incidencia en la escena política actual que terminaron por desaparecer dado su exiguo resultado en las urnas.
Sin embargo el descontento generalizado sobre los gobiernos del Partido Socialista y Partido Popular, hizo brotar hace ya algún tiempo manifestaciones y concentraciones expresando un malestar y disconformidad por la forma de llevar adelante sus actuaciones, lo que se puso de manifiesto y acrecentó en la legislatura actual. De forma muy significativa y destacada ha sido el Partido Popular en la presente legislatura, en que un cúmulo de decisiones tomadas en contra del sentir de la mayoría de la sociedad ha sido y sigue siendo notorio. Ello lo prueban referidas manifestaciones en calles y plazas contra las decisiones y normas puestas en marcha en contra del clamor popular. Como significativas podemos señalar la reforma laboral, la nueva ley de Educación, la modificación del Código Penal, la ley del aborto, y la de Seguridad Ciudadana (Ley "Mordaza" como también se la conoce, incluso con la oposición de la propia Judicatura) alguna de ellas recurridas ante el Tribunal Constitucional. En gran parte también en contra de cuanto propugnaba su programa electoral incumplido de forma sustancial, sumado a la prepotencia que en todo momento ha hecho gala por su mayoría absoluta. Incluso desoyendo la voz del pueblo, y de la oposición del Parlamento, lo cual ha dado lugar a la dimisión de varios ministros, como ha sido el de Justicia, Ruiz Gallardón en el tema del aborto, el de Educación y Cultura, José Ignacio Wert y por supuesta corrupción a la ministra de Sanidad y Servicio Sociales, Ana Mato.
La suma de toda la anterior merma de derechos y mejoras conseguidas hasta entonces, con gran diferencia de los errores y contradicciones también de quienes en su momento formaron parte del gobierno Socialista, y de la corrupción de la que no se han librado ninguno de los citados Partidos, hace crear un descontento masivo en la ciudadanía sobre los partidos tradicionales dando lugar a manifestaciones que toman como centro neurálgico la Puerta del Sol madrileña donde nace el conocido movimiento 15-M. De esta situación emergen con fuerza el pasado año, dos nuevos partidos políticos: "Podemos" y "Ciudadanos". El primero de ellos nacido de las citadas concentraciones en la Puerta del Sol madrileña, y el segundo saltando la barrera de los límites catalanes, (implantado en dicha comunidad desde 2006), para así extenderse por todo el territorio nacional, lo que hace que ambos consigan representación en el Parlamento Europeo en las elecciones celebradas el 25 de mayo del pasado año, con cinco y dos diputados, respectivamente.
La salida de estos dos partidos a la "arena política" y de forma muy significativa "Podemos", con sus concentraciones en plazas y calles a cielo abierto en que daban a conocer su ideario político y su forma de actuar, creó una conciencia de cambio por cuanto era lo que la ciudadanía esperaba y deseaba oír. Así se podía escuchar en su discurso la creación de un parque de vivienda pública y la aplicación retroactiva de la dación en pago. Algo en lo que la sociedad está muy sensibilizada por tantos y tantos desahucios que vienen produciéndose. La oposición a los recortes en servicios tan fundamentales como son la Educación, la Sanidad o los Servicios Sociales, tan mermados en estos últimos años, incluso aludiendo la aplicación del artículo 128 de la Constitución que dice "Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general". Asimismo manifestando su oposición a la mayor parte de las normas o leyes actuales, que en cierto modo coartan las libertades, y que hemos descrito anteriormente.
Esta política y otras semejantes de tipo radical en beneficio de los más necesitados, fueron las que llevaron a gran parte de la sociedad a hacer pensar por aquel entonces (pasado año 2014) que estábamos ante un partido "salvador" de una situación ciertamente precaria para una gran parte de la ciudadanía a la que había de sumarse el gran número de parados, muchos de ellos sin ninguna clase de prestación. En todos sus actos se repetía la "indignación" por los conflictos laborales que se vivían y viven, sin poner remedio a ello, repitiéndose también la frase de "no nos representan" en alusión a los partidos tradicionales que no resolvían las necesidades que se demandaba por una gran mayoría social, en que los casos de corrupción figuraban en el primer plano de sus intervenciones. Todo ello aderezado con la denominación machacona e insistente de la despectiva palabra "casta".
Por su parte el otro partido "Ciudadanos", saliendo de la comunidad catalana no con tanto ímpetu como "Podemos", y si cabe con cierta ambigüedad en cuanto a su ideología o estrategia de colocarse en el centro político, pero que buena parte de la sociedad lo viene calificando como de centro-derecha, apéndice, tal vez, del Partido Popular, lo que difiere bastante de las formas de "Podemos", pero sí en el ideario de romper con el "impongo y mando" de que acusan al bipartidismo de la situación en la que actualmente nos encontramos.
Precisamente de estos dos partidos dan cuenta los resultados de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, en que "los emergentes" han hecho buena mella a los partidos tradicionales, sin que aún pueda conocerse la efectividad de sus gobiernos. Pero ello ha sido suficiente para que tanto el Partido Socialista como el Partido Popular, reconozcan hoy el no haber estado al lado de las circunstancias que les rodeaban, en que aferrados a los sillones de dirección de cada uno de ellos, y alejados de una sociedad que les reclamaba y necesitaba ser escuchada, no llegaban a acercarse a los problemas que se vivían y se viven.
Este alejamiento de la ciudadanía es ahora manifiesto por el bipartidismo, apresurándose a reconocer tal distanciamiento sobre los problemas candentes, en que prometen y expresan en charlas y conferencias esa lejanía, en la seguridad, dicen, de enderezar el entuerto, para a partir de ahora, estar más próximo al ciudadano con un contacto directo y personal. Estando más en la calle para vivir y conocer los problemas de una sociedad que reclamaba y reclama la solución real de los mismos pero que entendemos muy tarde ya. Para ello, quieren recopilar parte de los votos que se les fueron abandonados precisamente por la lejanía en que hasta ahora han estado inmersos.
HIGINIO MIRÓN