Van pasando los años desde que vivimos en democracia ? o lo que sea esto ? y no parece que maduremos convenientemente en el menos malo de los sistemas posibles. La crispación social va en aumento y estamos construyendo una sociedad cada día más peligrosa. No quiero ser pesimista, pero a los hechos me remito.
Cada día nos cuesta más regirnos por el sentido común, que debe marcar la diferencia con otras especies animales. Nos estamos haciendo insensibles unos para otros y adoptamos comportamientos nada recomendables en seres humanos, racionales y obligados a vivir en sociedad. Los nuevos aires que han llegado a nuestra democracia no están contribuyendo a mejorar la calidad exigible y mínima que debe tener una democracia. Terminaremos divididos en buenos y malos, sin saber quiénes son unos y otros. Aunque podemos hacernos una idea. Nuestros políticos y de manera especial aquellos que se catalogan de izquierdas, están entregados a demonizar a los que ellos catalogan de derechas y más aún, fascistas, sin que les preocupe lo más mínimo dedicarse y entregarse a ser mejores, a hacer las cosas bien, a ser más honrados. No pueden, no saben o no quieren. De todo habrá.
Malo es que se vaya instalando en la vida pública el miedo y es el camino que han elegido determinados grupos para lograr lo que se proponen. La democracia exige a cada uno un gran esfuerzo y a nadie niega defender sus ideas y sus ideales. Pero hay otros caminos distintos a la extorsión, a la violencia, a la intimidación, al miedo. Para algunos no parecen existir otras ideas que no sean las suyas y quienes difieren de ellos se arriesgan a ser objeto de violencia de todo género. Su particular concepto de la democracia parece que se lo permite, pero solo a ellos.
Que se lo hagan ver y reflexionen y si no mejoran que reconozcan, de una vez por todas, que la democracia les viene grande. Y que repasen la historia, esa que manipulan a conveniencia. Ser totalitario y con los apellidos que lleva ese totalitarismo, es tan nefasto como ser fascista, es decir, peor. Vuelvan a repasar la historia y remítanse a los hechos, que son muchos y nada edificantes. Preocúpense de ser mejores que los demás y acertarán. Pero no hagan el miedo útil para sus logros. Ese no es el camino.