OPINIóN
Actualizado 28/08/2015
Eugenio Sánchez Redondo

  Querido Ángel:
   Decías el otro día, ¡desde el jardín de infancia que nos conocemos!, y llegó nuestro querido colegio, El Milagro, el último de la clase si no recuerdo mal, pero sólo por orden alfabético (serías el 42 ó 43). Qué bonitos recuerdos verdad, desde tu casa en el paseo del Rollo y a jugar más que a estudiar. Un pequeño secreto que podemos contar bajito, eran esas reuniones clandestinas en tu casa cuando no había nadie antes de ir a confirmación; Javi no se atrevía a mirar del todo lo que aparecía en la pantalla de tu televisor, ¡Ay, como se entere mi madre!, los paseos en pandilla por la Gran Vía, nuestra amistad con Felipe palito, palito, los Lunes de Aguas en tren hasta Huerta, y luego nos organizas el viaje a Mallorca.
   La Gótica en Comuneros, con todos doblando folios y ensobrando, mi memoria de prácticas de Trabajo Social cuando nos dejabas el ordenador en tu imprenta ya en la otra calle cuyo nombre no recuerdo, ¿calle Olmedo?, todo se os quedaba pequeño, herederos de genes sin descanso, ahora en la calle Pintores.
   Con Marta en mecanografía, en el Maestro Ávila y sus niños del mañana, con el milagro de Lucía, con la abuela en Villagonzalo (nos chupábamos los dedos con el moje), paseos en bicicleta con un dolor de trasero insuperable al día siguiente, tostados y quemados en la piscina del Helmántico. Incluso me "contrataste" a modo de Cyrano de Bergerac; y que nadie indague sobre el acróstico.
   Mientras eres aire estás viva
   o acaso eres tiniebla de un corazón cobarde
   nadie es dueño de nadie, ni nadie te obliga a besarme,
   infierno de brasas tu pecho deja marcado en mi su huella
   cada vez que tu aliento habla yo respiro vida
   aunque sé que eres pluma del aire.
   En estos últimos tiempos vamos a visitaros para pediros favores y siempre nos recibís con las puertas abiertas.    Sois buena gente, muy buena gente los Valle Ullán.
   Nadie va a poder aliviar vuestro dolor, no avisa de su llegada y se queda, nadie va a poder responder vuestros porqués.
   Pero sabéis que hay gente que os quiere por ser la familia que sois, trabajadores honestos, sencillos, ¡se ha ido la alegría de la casa!, decía Marta, pero no se irá su recuerdo, su presencia va a ser constante, vais a mimar como nunca a su pequeña familia, en un abrazo renovado a diario en honor a su memoria. Óscar querría deciros que tras el insufrible dolor está la vida, vuestra vida.
  Estas letras son especialmente para ti Ángel, cuando cierres los ojos y no puedas dormir, nosotros te estaremos arropando.

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