OPINIóN
Actualizado 28/08/2015
David Rodríguez

Lo cual desmonta el egocentrismo que muestran los representantes políticos asegurando que sin el PP en la alcaldía, el pueblo estaría sumido en el caos

El cambio que se necesitaba en Ciudad Rodrigo era fundamental para tener una vida política sana. Si tras la pasada jornada electoral hubiese salido reelegido el mismo partido que ha obtenido la victoria durante los últimos años, habría que reflexionar, cada uno, personal y profundamente sobre qué tipo de pueblo se quiere, qué futuro se prevé para este, y qué tipo de responsabilidades deberíamos reclamar a los dirigentes políticos.

Puede que muchos de los votantes del Partido Popular encarnen ese individualismo atroz y nocivo que muestran algunas personas en su actitud de rechazo al pueblo. Rechazo por supuesto compaginado con un absurdo pensamiento de superioridad (local en cuanto a críticas o comparaciones se refiere), al que se le pueden atribuir incluso caracteres chovinistas; pero que realmente desprecian la tierra en la que viven. Generalmente; los sentimientos nacionalistas y patrióticos se atribuyen ?en Europa- a movimientos conservadores, que pueden ser clasificados políticamente como derechistas, y por el contrario a los movimientos izquierdistas se les identifica con el odio nacional, el rechazo de los símbolos nacionales, la desintegración de la patria, etc? Históricamente, esta absurda y vaga concepción se atribuye, al menos en España, a la sensibilidad que tienen los izquierdistas con la bandera y La marcha real; creados por un Déspota ilustrado, y utilizados por una dictadura, y su interpretación internacionalista de los manifiestos políticos de izquierdas; Working men of all countries, unite, así termina la edición de "Penguin Books" del Manifiesto Comunista publicado en 1848.

Siendo supuestamente los más conservadores, los que llenan las alforjas de votos al Partido Popular, quienes más defienden la identidad nacional, deberían de ser estos los que más defendiesen el sentimiento local; pero esto no es así. Quienes ensanchan las filas del conservadurismo proteccionista e identitario,  son aquellos que prefieren que sean aplicadas políticas vagas, políticas de corto alcance destinadas a mantener al pueblo en la carencia de recursos que tiene y que ha tenido.

Aplicar una política que de verdad fuese digna de admiración desde un punto de vista de identidad local, sería facilitar a quienes menos recursos tienen acceder a la educación, que se puede hacer, reduciendo el coste de matriculación, o de los libros de texto, obligatorios durante el proceso de formación y de un extremado valor monetario. Un parado que tiene dos hijas, por ejemplo, y percibe una prestación de desempleo de 400?, en el mes de septiembre debe de destinar alrededor de un 150% de su renta para poder escolarizar como es debido a sus dos hijas. La posición antipatriótica en esta situación es argumentar que el parado tiene la culpa de haber sido despedido, que es su problema debido a que no busca trabajo con más ímpetu, y así un largo etcétera de argumentaciones no sólo estúpidas desde la perspectiva científica, sino demoledoras del nacionalismo galopante en sus propios discursos. Quien de verdad quisiese ofrecer protección y seguridad a los habitantes del pueblo, sería el mismo que aplicase políticas de protección social, que previniesen a los menos favorecidos de los desajustes del mercado.

Poner en práctica políticas garrafales que permiten que la ya de por si pobre economía del pueblo se devaste, lo único que consigue es que los jóvenes vean desvanecidas sus oportunidades de trabajo y por ello, abandonen el pueblo en cuanto tenga la oportunidad. Eso no es hacer política en pro del beneficio del pueblo, y por consiguiente, no es hacer política identitaria. Hacer política que favorezca al desarrollo industrial en la medida que se pueda, y no mofándose, optimizar el rendimiento del turismo, y no explotar los cuatro recursos mal explotados que hay y que ha habido, permitir que tanto trabajadores como emprendedores encuentren su lugar en la ciudad, sin necesidad de irse. Ni que decir tiene que un aumento del empleo supondría un incremento de la demanda de bienes y servicios dentro del pueblo, que a su vez generaría más empleo, etc? Keynes aplica este razonamiento a la inversión, y lo denomina multiplicador de inversión; algo parecido ocurriría: si los jóvenes trabajan aquí, gastarán aquí, y por ello se necesitará más trabajo, etc?

Resulta que no ha sido el gobierno conservador el que en un periodo de veinte años ha logrado estos objetivos; por tanto, ha tenido uno intereses contrarios a Ciudad Rodrigo, lo cual desmonta el egocentrismo que muestran los representantes políticos asegurando que sin el PP en la alcaldía, el pueblo estaría sumido en el caos.

¿Quiénes entonces quieren aportar bienestar para Ciudad Rodrigo, es decir bienestar de sus negocios, su comercio, sus fincas, su pequeña industria, sus ciudadanos? ¿Quiénes incluso querrían, o estarían dispuestos a facilitar desde la administración la creación, y la implantación de nuevas empresas en Ciudad Rodrigo? Resulta que los llamados, a veces insultantemente, destructores del pueblo, vagos, progresistas, etc? Si algo está claro, por mucho que les pese ?aunque dudo que lo haga- a los conservadores, es que la política que ha sido aplicada en Ciudad Rodrigo estas últimas legislatura lo único que ha traído consigo ha sido una disminución de la población activa, de la población ocupada, y del conjunto de la población en total. Sin olvidar, que el número de empresas y negocios ha decaído también.

Lo que está claro, es que las fórmulas que se han aplicado durante veinte años no se podrían seguir aplicando, a menos que se quisiese la devastación demográfica total del pueblo en un periodo de 50-70 años. La crisis empezó en 2008, desde entonces Grecia ha aplicado medidas de austeridad y control del déficit. Los informes y previsiones del FMI han fallado años tras año; ¿Qué les hace pensar que la austeridad ahora les funcionará? ¿Qué hace pensar a un partido que ha gobernado a sus anchas, que ha hecho y deshecho sin consultar con nadie durante veinte años en el pueblo, que esta va a ser la administración de las buenas acciones? Más aún, ¿Qué hace pensar a sus votantes menos favorecidos ?doy por hecho que no hay 2.891 beneficiados directos- que en esta administración, la que obviamente no han logrado,  recibirán beneficio alguno por parte de quienes han toreado a Ciudad Rodrigo y a sus ciudadanos durante 20 años?

Javier Ramos Pérez

Estudiante

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