OPINIóN
Actualizado 28/08/2015
Natividad Cabezas García

Durante estos días somos muchos los que tenemos la suerte de cambiar de aires y tomarnos unos días de vacaciones.

Descansar de la rutina del trabajo y poder realizar otras actividades, es necesario y diría que todo el mundo merece ese cambio por salud física y mental.

Cada vez que hago la maleta me doy cuenta que lo importante no lo puedes llevar dentro. Nuestras experiencias y momentos vividos en las vacaciones se acumulan en nuestro interior y nos da la energía necesaria para continuar la rutina del día a día.

En las personas, como todos los seres vivos, hay que respetar los tiempos de reposo y descanso. Si queremos obtener buenos productos de la tierra, dejar un tiempo de barbecho es imprescindible para obtener excelentes cosechas. Cuando por el contrario forzamos la tierra y la abonamos con productos químicos para extraer más cantidad de cosechas, se obtienen sin lugar a dudas, pero los productos no son tan sabrosos.
Si lo trasladamos a las personas sucede algo parecido. Tenemos que aprender a proporcionarnos esos momentos de barbecho y reposo para que el estrés laboral y las preocupaciones diarias, no nos pasen factura al cuerpo.

El cambio de clima es muy beneficioso, no hay más que observar a los niños, dan un estirón.
El sol, los deportes y los baños en el mar, para  los que no tienen la suerte de acudir a la playa, o en las piscinas de cualquier pueblo o en la ciudad, ayudan a que el cuerpo se relaje y nuestro sistema nervioso es el primer beneficiado.

Las vacaciones son también un tiempo de reencuentros con otras personas que quizá hace tiempo que no ves, familiares, amigos o compañeros de verano, pero de igual manera son una oportunidad para hacer nuevas amistades, descubrir lugares desconocidos y que nos enriquecen.

Para los que no tienen la suerte de tomar unas vacaciones en otro lugar al que viven, siempre se pueden hacer cosas diferentes a las habituales. Aprovechar la oferta cultural que los municipios ofrecen logrará tener la sensación de desconectar. Se pueden hacer excursiones a pueblos de la provincia, disfrutar de la gastronomía o simplemente realizar actividades que el resto del año no tienes tiempo. Una buena lectura, escuchar música o ir al cine pueden ser alternativas que nos ayuden a sentir que estamos de VACACIONES.

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