OPINIóN
Actualizado 21/08/2015
Estefanía Rodero Sanz

Los medios de comunicación nos contaban esta semana que el servicio de fronteras de la Unión Europea, el FRONTEX, va a privatizar a partir de septiembre su vigilancia aérea. Ochenta suculentos millones de euros de dinero público distribuidos entre empresas de seguridad amigas con el fin de "blindar Europa".

No es difícil: como primer paso orquestas declaraciones de mandatarios europeos que construyen ante la ciudadanía la noción de amenaza. "Asaltos a la valla", "plaga para Europa", "avalancha de inmigrantes". Los medios de comunicación, temerosos de perder importantes contratos de publicidad, sirven de coro día y noche para la misma cantinela. Mientras tanto, el lobby de la industria de seguridad, uno de los más poderosos a nivel internacional, engrasa los goznes de sus puertas giratorias y coloca estratégicamente a "alguno de los suyos" cerca de la Comisión Europea. Nada escuchan sobre los avisos de ACNUR que nos alertan de que nos encontramos ante una de las mayores crisis de desplazados de nuestra historia. Ni siquiera saben que en 2014, 60 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus lugares de origen debido a la guerra o la persecución política. A sus corbatas no llega el dolor del Mediterráneo. Nada saben del miedo de menores no acompañados que nunca antes vieron el mar cruzando en balsas de juguete la noche oscura.

Saben hacer negocio por encima de todo. Como el presidente de la patronal, Joan Rosell, invitando a los parados de mi país a odiar a quienes huyen del terror, mientras el Fondo de Capital Riesgo que preside se forró a través de la empresa que instaló la valla de Melilla. O como la empresa de seguridad Indra, contratista habitual de la Comunidad de Madrid, y ahora investigada dentro de la trama Púnica, que tendrá su parte del pastel en la vigilancia en el área del Mediterráneo.

Lucro por encima de todo lo demás, ganancia a costa de quien sea, diluyendo así la responsabilidad política que hace que en este país el ministro Jorge Fernández Díaz trabaje al servicio de las multinacionales del miedo obligándonos a la gente con memoria y corazón que recordamos que este país también tuvo que huir del terror y la persecución, soportando en su lugar y con dolor su desvergüenza.

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Inmigración, lucro y puertas giratorias