De acuerdo a la definición de la OMS (2002): La sexualidad es un aspecto fundamental del ser humano a lo largo de la vida y abarca el sexo, las identidades y los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, el vínculo afectivo y la repr
Autora: Elena Ceballos Alonso
La sexualidad se experimenta y se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y relaciones ... La sexualidad es influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales". En consecuencia, siendo un elemento tan vital, los derechos sexuales y reproductivos son reconocidos derechos humanos.
De parte de los Estados, lo natural sería que los derechos humanos se respetasen, se protegiesen y se garantizasen de acuerdo a sus compromisos internacionales, ¿verdad? Pero ?como quizás intuyáis- la realidad es que se comenten violaciones de derechos sexuales y reproductivos en la mayoría de los países y regiones del mundo.
Ante esta desconcertante e insostenible situación, creo fundamental pararnos a considerar el relevante papel de la educación sexual, y más el de la educación sexual integral. Es decir, aquella que es científica, planificada, democrática, pluralista, libre de prejuicios y estereotipos y, que, por tanto, no está asociada exclusivamente a la prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. Ésta es una útil herramienta de empoderamiento. De hecho, es reconocida como un derecho humano en sí mismo, "el cual resulta indivisible del derecho a la educación y es clave para el efectivo disfrute de los derechos a la vida, a la salud, a la información y a la no discriminación, entre otros" como afirmaba El Relator Especial sobre el Derecho a la Educación de Naciones Unidas en 2010. (Véase: https://www.es.amnesty.org/redescuelas/materiales-para-el-profesorado/mi-cuerpo-mis-derechos/es-la-educacion-sexual-un-derecho-humano/)
Por consiguiente, hacer frente a la ignorancia que rodea los derechos sexuales y reproductivos e intentar llegar a la gente joven -involucrándola a través de la educación en derechos humanos para que pueda exigir los suyos así como para que actúe a favor de quienes no los tienen- a mí me parece una excelente idea. Sin embargo, por ejemplo aquí, en España, con la actual ley de educación no se garantiza la inclusión en el plan de estudios de contenidos explícitos sobre igualdad de género, diversidad afectivo-sexual y no discriminación, rehuyendo así las recomendaciones internacionales y europeas. Esta reticencia a trabajar sobre la educación sexual en las aulas me vuelve a dejar perpleja.
Es evidente que por parte de los Estados existen demasiadas leyes y prácticas que reformar. Aunque, a estas alturas, no sé qué esperar?
En cualquier caso, procuremos no desesperar. Proteger los derechos humanos universales es asunto de todos y todas. Hemos de ser conscientes de que nosotros mismos podemos promover la educación en derechos en todos los entornos ?educativos- al tratar de inspirar en los demás el análisis crítico y el cuestionamiento profundo. Así pues, procedamos aquí y ahora. Este es el link de la campaña "Mi cuerpo mis derechos" que Amnistía Internacional está llevando a cabo en estos momentos y que refleja, sin duda, la realidad de lo anteriormente mencionado https://web.es.amnesty.org/micuerpomisderechos/. Sencillamente, te propongo que entres y, que reflexiones.
Yo sí quiero ayudar a cambiar esta realidad, ¿y tú?