OPINIóN
Actualizado 14/08/2015
Manuel Rodríguez Fraile

Sí, así se titulaba la película que vi hace unos días. Recodé la primera versión, de 1951 y en blanco y negro, el titulo original se podía traducir por "El día que la Tierra se detuvo". Con excepción de la evidente mejora de los efectos especiales y la actualización de la amenaza, ya que en la primera versión se trataba de una guerra atómica y en esta última se da a entender que es el deterioro del medio ambiente, el mensaje es el mismo: todos los dirigentes mundiales debe ponerse de acuerdo para evitar la destrucción del planeta o el gigantesco y amenazante robot Gort (que en los años 50 parecía hecho con cajas de galletas) eliminaría la raza humana para salvaguardar la supervivencia del resto de las especies que viven en la Tierra. Por cierto, en el año 1952 fue galardonada con el Globo de Oro como la mejor película en la promoción del entendimiento internacional, eran los tiempos de la guerra fría.

¿Y si hoy volviera Gort y nos pidiera explicaciones sobre cómo hemos utilizado la oportunidad que nos dio hace 60 años? Dicen que para las especies más evolucionadas el lenguaje común son las matemáticas, pues veamos algunos números: millones de pobres, desahuciados y parados; millones de muertes por enfermedades evitables o hambre; más de 40 conflictos bélicos; miles de excluidos de los sistemas de salud; explotados laboral o sexualmente; millones de hectáreas deforestadas; miles de millones de metros cúbicos de contaminación; etc. Todo en aumento. ¿Y del entendimiento entre países, del consenso internacional? Pues muy pocos avances. Los intereses nacionales continúan imponiéndose a los internacionales, el bien particular se antepone al común. Así nos va.

Las sociedades desconfían del futuro, no creen a sus dirigentes, ni a sus políticos, ni a los partidos, ni a los sindicatos, ni a las instituciones. Nadie es capaz de explicarnos con claridad dónde estamos, pero nos piden paciencia. En la película, un imaginario Premio Nobel habla con Klaatu, el alienígena que sirve de interlocutor, que afirma en defensa del género humano, que todas las especies cambian y evolucionan cuando se enfrentan a la amenaza de la extinción, cuando están al borde del abismo. ¿Cómo sabremos que no nos enfrentamos a la extinción? ¿Estaremos ya al borde del abismo? Y si fuera así, ¿evolucionaremos o daremos un paso al frente?

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