(A D. Miguel de Unamuno, con el debido respeto)
En la rompiente y teatral Sierra de Francia
fluye arrogante espíritu entre los enebros,
cenital congoja que empapa entre los cerros
y desborda por Castilla tu ideal fragancia.
Árabe o egipcio recuerda tu semblante,
alto rostro cetrino y barba de lamento,
sabia punción de duda y tratamiento
del porqué de la vida y su estandarte.
Grito y pelea, batuta, y ego tenaz,
un cúmulo de versos que exhortan impaciencia
un tortazo que amarra la osadía
de querer para España mayoría de edad,
nunca pedir para la idiotez clemencia
ni nunca perdón al reino de la cobardía.