SALAMANCArtv AL DÍA recoge testimonios de desempleados salmantinos, en algunos casos están dispuestos a desempeñar "casi cualquier actividad" y, en otros, son escépticos con las grandes cifras que "cuentan los contratos que se hacen y hay mucha gente que
Pocos compran el mensaje sobre la recuperación económica que un día sí y otro también lanza el Gobierno. Tal vez las grandes empresas, que ven cómo sus ingresos repuntan, pero la clase media permanece anclada en el escepticismo. Sigue sin creerlo. Y no es para menos, porque detrás de los datos que indican una mejoría subyace una realidad diferente. La conocen las decenas de personas que se agolpan a diario en las oficinas de empleo de la ciudad.
"Para dar crédito al discurso de la recuperación, primero lo tengo que ver", asegura Belén Rodríguez, una salmantina de 34 años que trabaja de monitora en un campamento de niños. Pero este mes acaba su contrato y, salvo imprevistos, volverá a engrosar la lista del INEM. Aún no sabe qué hará dentro de unos días, aunque se muestra optimista. Confía en recibir una llamada que le abra la puerta de alguna empresa. "Mi nombre figura en varias listas y voy a esperar a ver si me responden", afirma la joven. En cualquier caso, descarta marcharse del país. Lo tiene claro. No deja un resquicio para la duda.
Quien sí parece dispuesto a meter sus bártulos en la maleta e irse al extranjero es Ignacio, un charro que vislumbra un horizonte oscuro en España. Lleva desde 2011 en el paro y, entre sus planes, está emigrar a Reino Unido. Ha trabajado de guía y también como auxiliar de exposición de sala en museos. Sin embargo, a estas alturas, después de casi cuatro años alejado del mercado laboral, lo que menos le importa es el tipo de empleo. No está para exquisiteces. "Desempeñaría casi cualquier actividad", dice con ironía. Acude con frecuencia a las oficinas del Ecyl y visita los portales digitales, pero no encuentra nada. Y, por supuesto, se muestra crítico con el optimismo que está vendiendo el Gobierno. No compra ese discurso. "Es falso, no hay recuperación. Cuentan los contratos que se hacen y hay mucha gente que tiene hasta tres", subraya.
También preocupada se encuentra Emilia López, una extremeña de 50 años que lleva décadas en Salamanca. Es pescadera y la despidieron hace unas semanas. Pero haberse quedado desempleada no le causa desvelos. No es su primera vez. Está convencida de que pronto la llamarán para reincorporarse. Lo que realmente le quita el sueño es la situación que atraviesan su hija y su yerno. Este último lleva más de cuatro años en el paro. "En este tiempo, solo ha estado activo algo más de un mes", sostiene. Ha buscado una oportunidad en todos los sitios, pero no ha recibido respuestas. Su profesión tampoco le facilita las cosas: trabajaba en la construcción. Afortunadamente, a la hija de Emilia la han contratado en un obrador y con sus ingresos y la ayuda económica de sus padres está consiguiendo tirar hacia delante.
El discurso sobre la recuperación económica tampoco seduce a Selma de la Calle, una salmantina de 26 años que este año ha impartido clases de música en un colegio de Madrid. No obstante, tras la finalización del curso, trata de regresar al mercado laboral. Espera encontrar un empleo que se ajuste a su formación.