OPINIóN
Actualizado 26/07/2015
Álvaro García Velázquez

Os voy a decir una cosa mangantes sinvergüenzas, y esta sí que es cierta: ¡Vosotros estáis viviendo por encima de nuestras posibilidades y nos estáis tocando los huevarios por encima de vuestras posibilidades!

Perplejo se queda uno cuando ve día tras día como crecen los casos de corrupción y los encausados, con total impunidad y desfachatez, son los mismos que proclaman a los cuatro vientos el tan afamado y falaz "habéis vivido por encima de vuestras posibilidades" mientras roban a manos llenas y empobrecen con su política a la mayoría de la población, a los nadies, como dice Eduardo Galeano:

 

"Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.

Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,

rejodidos."

 

Os voy a decir una cosa mangantes sinvergüenzas, y esta sí que es cierta: ¡Vosotros estáis viviendo por encima de nuestras posibilidades y nos estáis tocando los huevarios por encima de vuestras posibilidades! Estamos hartas de que privaticéis nuestra educación, nuestra salud, el agua que bebemos y poco falta ya para que privaticéis el aire que respiramos, para pagaros vuestras cacerías y fiestas de gin-tonic, putas y coca, que están haciendo que incluso muera la gente porque no puede pagarse las medicinas o en la más triste soledad de un cajero como ha ocurrido desgraciadamente esta semana en Salamanca.

 

Porque lejos de que la justicia sea igual para todos, mi querida abuela dice, con toda la razón del mundo, que la justicia está hecha para "los robagallinas". Y es que los mismos que hacen las leyes son los que hacen la trampa, sacando tretas debajo de la manga para alargar los procesos judiciales y que prescriban, y para más colmo, sin devolver lo robado.

 

Vuestra falsa moral católica no os salvará: no hay Ave María ni mea culpa capaz de absolver vuestros "pecados", por muy fuerte que os golpeéis el pecho. Lo vais a pagar muy caro, nos habéis dejado sin nada y nos estáis tratando como a perros callejeros. Sabed que como perros callejeros y acorralados que somos, nuestra última defensa es lanzar el mordisco, y vamos a por vuestra yugular. Se os va a acabar muy pronto el chollo, el miedo poco a poco va a cambiar de bando...

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