Me veo alimentando a las palomas a deshora, con empeño.
Me veo tan joven
por derroteros no caminados
por calles no descubiertas,
entre lázaros de esparto
en noches no desarrolladas, en habitaciones oscuras,
descubiertas
mediante sendas frías y opáceas.
Lenta la margarita en transición
ya viene el torpe pájaro común
a posar su tierna impronta.