Los medios realizan una tarea fundamental, y ésta es informar; este hecho les sitúa como un pilar de la democracia y por ello deben analizar e investigar con ecuanimidad para así ofrecer una información veraz, guiándose por valores como la objetividad, la ética y la racionalidad y no por la búsqueda de las ventas a toda costa.
El periodista ejerce una función social clave, que le otorga un gran poder y, por ende, una responsabilidad aún mayor.
Esa función conlleva la libertad de prensa, la libertad de expresión y la libertad de opinión; algo que desgraciadamente no ocurre en la República Socialista de Cuba o en la dictadura comunista de Corea del Norte. Asimismo, los derechos fundamentales de cada persona tienen que ser defendidos y respetados.
Los medios de comunicación deben ser independientes, por eso es lamentable la manipulación que ejerce cierto canal autonómico, que, por ejemplo, ha gastado cientos de miles de euros para cubrir eventos nacionalistas, en los que se llegaron incluso a utilizar a niños pequeños que decían frases como: "España se rendirá" o "Venimos a luchar por la independencia". Infaustos hechos que vulneran la propia Ley del Menor.
Afortunadamente, en la actualidad contamos con una radio y una televisión públicas de calidad. Un ejemplo de imparcialidad, que quizás no sucedía en años pasados.
Opino que los medios de comunicación privados deben ser solventes; si están endeudados, no debe ser el dinero de todos los españoles el que salga de las arcas públicas para financiarlos. Me refiero en concreto a periódicos o televisiones que se encuentren en la bancarrota. En esos casos habrá que apostar por la televisión pública, que cuenta con centros territoriales en cada Comunidad Autónoma y que ya tiene una estructura sólida creada, para que adecuen los contenidos en función del interés informativo de cada región.
Es por todo ello por lo que apoyo y creo en la labor fundamental que desarrollan los medios de comunicación; son, sin duda, una forma diferente de servicio público.