Que Carlo Ancelotti ha sido un ejemplo de entrenador de fútbol con elegancia natural, con un saber estar por encima de la media, con una prestancia inusual, ya no es ningún secreto. Y cuando mejor mostró sus cualidades fue cuando perdió, cuando le destituyeron en el Real Madrid? Un excelente modelo en un mundo de tantos maleantes y maleducados? Su comportamiento debiera marcar un estilo, un donaire, una muestra de delicadeza, una galanura que confirma a un hombree gentil...
Fechas antes de que Florentino Pérez le rescindiera, escribía Jorge de Esteban "Ancelotti, elogio de la elegancia": "? el jugador Ancelotti se convirtió en un prestigioso entrenador, pasando primero por un equipo italiano, después por un inglés y finalmente por un francés hasta llegar, con todo merecimiento, al Real Madrid. Yo había admirado su clase y categoríaa como jugador, pero comprobé rápidamente que como entrenador era también un ejemplo de elegancia, de deportividad y de educación?"
A los entrenadores se les suele hacer astillas una vez que ya no está en el cargo, cuando ya es un árbol caído. Ancelotti ha sido defendido por sus futbolistas, un buen gesto sin duda. Pero "no ganar" en el Real Madrid está penado. Significaba el artículo de Jorge de Esteban: "Es indudable que todo entrenador no sólo tiene como misión hacer jugar y hacer ganar a su equipo, sino también ser un maestro de las relaciones públicas en sus confrontaciones semanales con la prensa y en el trato con sus subordinados? Los aficionados, sean del equipo que sean, son volátiles y lo mismo están hoy a favor que en contra mañana del entrenador de turno. El gran novelista Eduardo Galeano, recientemente fallecido, lo define así: "Hoy el público le grita: ¡No te mueras nunca! Y el domingo que viene lo invita a morirse?"