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OPINIóN
Actualizado 07/07/2015
Andrés Barés Calama

Aún recuerdo a las mujeres de antaño, que llevaban una cesta de madera de castaño, con su botella de vino, con su queso y su chorizo, y si era de menos lujo, con bandujo; nos sentábamos en corro para poder merendar y así terminar el día con un coscurro en

Acontece todo con calma y sosiego, es como si el tiempo se hubiese parado, menos los niños que corremos cuando nos mandan los mayores a un recao, aún recuerdo cuando mataban los cabritos en la calle donde dejaban su sangre, y al pasar en la carrera miles de moscas volaban o cuando se echaban los helechos, las hojas de roble en la calle, y no digamos si echaban las de castaño con oricios incluidos, pues los niños que no tenían albarcas, les tocaba dar la vuelta a la manzana.

Y llegamos del valle de las Batuecas, todo remanso de paz, tanto que hasta el silencio se oye, ¡¡¡Y ha llegado el Carnaval!!! , en un segundo vistió Minuto de Pataheno* a Morante, al Tacha, al Paisa, al Pichi, a Piona, a Pitina, al Pingüi y a Pitigüi, y de toro a Manolín y a Manoliche.

      Y nos adentramos en la Cuaresma, los domingos subíamos a las eras, jugábamos a los guardias y ladrones, a la palanca, a la comba  y en el juego pelota, cantábamos y tocaba la guitarra el Guitarrita para acompañar a la Paquera, no se podía oír música ni de tamboril hasta el día de Pascua, que tocaba las campanas la Caetana, solo oíamos la matraca en el poyo de la Culitraca, lo que más me molestaba era la harina que tiraba  el Molinero y la ceniza que nos echaban las Nizas, pero quien más nos hacía rabiar era el Perrerías, y dando la lata, el Larato.

      Y subimos a las palvas, fuera del trillo el Currillo y Pititi, Pichuliqui e Iki de trilliqui*, y entre hacineros*, y gavillas atadas con bálago, se encontraba el tío Monago.

Y allí en la mata la sera, esperamos ese viento del Calvario, para poder aventar con el biendro* y con la pala, para separar todo el grano de la paja, nos llenábamos de tamo, que no hay quien lo soporte, picándonos todo el cuerpo, del calcañal al cogote, después cogemos  la criba, y con mucha gracia, se separa el grano de las grancias* y cogemos los cuernitos  que han nacido en centeno solitario, y vender por unas perras que nos paga Don Isidro el Boticario.

Ahora toca acarrear, la paja para el pajar, que se tira por la trapa y poderla almacenar, después coger la cuartilla*, y llenándola del grano, se meten en las talegas, para meterlo en el arca, o llevarlas a moler, y si aún quedara un poco, se meten en un fardel*.

Aún recuerdo a las mujeres de antaño, que llevaban una cesta de madera de castaño, con su botella de vino, con su queso y su chorizo, y si era de menos lujo, con bandujo; nos sentábamos en corro para poder merendar y así terminar el día con un coscurro en la mano después de encetar el pan, con chorizo o con bandujo, ¡qué más da!

 

                                                                                                                             Andrés Barés Calama.

Pataheno*= persona embutida en sacos rellenos de heno. Trilliqui*= persona que montaba en el trillo para moles la mies. Hacinero*=Montón de gavillas de mies. Biendro*= tipo de horca de madera de castaño  Grancias*=, los trozos de paja muy gruesos que no movía el viento. Cuartilla*= Recipiente de madera para medir el grano. Fardel*= bolsa pequeña de tela.

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