He perdido el olfato que tenía,
pego el dedo a cada letra cual poseso,
si preguntan por Luis contesto queso,
el portátil me come cualquier día.
Es su calor como un gran cráter,
la noche y el día funde sin conciencia,
nada tiene fulgor ni pertenencia
y cuando voy a cagar lo llevo al wáter.
No es un mundo infinito, es la pared,
es la reja que troncha la emoción,
ceguera que destroza, incensario
que bendice los milagros de la red
y te compras en un "clic" un camión?
¿cómo puede ser un mal tan necesario?