Cuando hace unos años, en pleno inicio de la crisis, la Diputación de Salamanca suprimió de un plumazo a los Agentes de Empleo y Desarrollo Rural, nos dimos cuenta de que debíamos prepararnos porque llegaban tiempos en los que "pintaban bastos". Mientras el Partido Popular se llenaba la boca a base de marketing con su ?decían-"experiencia de gestión" de las políticas de empleo y se desentendían del problema incitando de modo irresponsable la fiebre emprendedora, quienes trabajábamos el territorio sabíamos de primera mano que el desempleo, especialmente en la provincia, ni era una de sus prioridades políticas, ni se esperaba que lo fuera.
Con la despedida de Tomás Villanueva ?tanta paz lleve?- consejero de Economía y Empleo de Castilla y León, político "profesional" durante los últimos veinte años, nos enfrentamos a la herencia de una política neoliberal feroz que, rizando el rizo, privatiza hasta el paro. No es casualidad que el ECYL se esté viendo desmantelado precisamente ahora en el que más se necesita un servicio público de empleo que ponga en el centro a las personas y la realidad urgente de l@s desemplead@s de Castilla y León, tan castigados no sólo por el olvido y la invisibilidad sino por una tensión migratoria que deberíamos llamar ya sin eufemismos exilio. Una larga cadena de empresas subcontratadas que a su vez subcontratan a otras empresas, en una apuesta firme por precarizar lo que antes asumían funcionarios. Adjudicaciones millonarias (3,3 millones de euros se van a embolsar las agencias de colocación privadas en Castilla y León) bajo paraguas eufemísticos que sólo esconden la realidad: recortes, descrédito de lo público y procesos de privatización como panacea. Aún hay más: amenaza de sanciones a los parados que no comparezcan a la cita de estas agencias privadas, traslado de nuestros datos personales desde el ECYL a dichas compañías sin permiso alguno, desconocimiento generalizado de qué criterios de evaluación se utilizarán para saber si dichas agencias están cumpliendo algún objetivo o simplemente haciendo un suculento negocio a costa de los parados.
A quién querrán engañar también el señor Mañueco (y los estómagos agradecidos, que diría mi abuela, de Ciudadanos) con el anuncio de una Mesa de Empleo local, nuevo producto mediático que se sirve de la principal preocupación y dolor de los salmantinos para hacer política cosmética sin ningún atisbo de realidad. Fotos y más fotos que no dan respuesta a la situación de emergencia social que está pidiendo a gritos políticas de rescate ciudadano. Que alguien nos explique si es que puede hacerlo cómo el Partido Popular de Salamanca va a dar respuesta alguna a este problema, cuando al calor del mayor drama que ha vivido nuestro país en las últimas décadas, está aprovechando la coyuntura para repartir la tarta de lo público entre empresas de amigos.
Privatizar el paro, cuánta indignidad, mi gente, hay que echarlos.