OPINIóN
Actualizado 26/06/2015
Carmen Pazos

Llevo ya un par de años de "madre animadora" perfectamente equipada para mi función. He complementado por supuesto mi uniforme, con una pizca de observación y creo estar ya perfectamente documentada para poder hablar del deporte escolar y el aprendizaje de algo más allá de la propia disciplina deportiva? me estoy refiriendo a cosas como el compañerismo, el juego limpio? definitivamente, la capacidad de ejecutar el deporte para disfrutarlo, incluso cuando te encuentras en un nivel de competición.

He asistido a partidos de mi hijo en colegios, donde el centro escolar y las propias familias fomentan un deporte "galáctico". Frases como -a por ellos, a machacarlos- se escucha muy frecuentemente, y por qué no, también se vislumbra la cara de orgullo cuando el niño X marca un gol y hace un gesto tipo Messi o Ronaldo? se besan un inexistente anillo o hacen el gesto de un emperador del balompié? me apena, porque no veo por ninguna parte la humildad del ganador? ni un solo resquicio en sus familias de acercamiento a la educación? sí, esa que enseña a jugar en equipo y no crea dictadores de 10 años que se creen mejor que nadie.

Por suerte también me he encontrado con la forma contraria. Recuerdo el primer partido que jugó mi hijo, era contra el Colegio Siervas, y nos pitaron un penalti en contra porque el portero (mi hijo) pasó el área con el balón en la mano? todos nos dimos cuenta de que no sabía que había hecho mal, era su primer partido, los nervios? los padres del otro equipo le indicaron al niño que iba a lanzar el penalti que lo tirara fuera. Un signo de deportividad que me impactó, pues en este mundo que nos toca vivir, ganar a toda costa es siempre la meta y el fin siempre justifica los medios? ellos al igual que otros muchos, queremos enseñar a nuestros hijos que a veces es mejor perder que ganar con algo injusto? ¡olé por ellos!

Perdimos igualmente el partido, pero todos aprendieron algo? la pena es que es de los pocos partidos en los que he visto gestos de ese tipo?

Mi hijo, no sabía que había hecho mal (están aprendiendo), fue su entrenador el que le explicó qué había hecho? esto enlaza perfectamente con lo que quiero contar ahora?

Los arbitrajes son de pena, son los mismos árbitros que acostumbran en su mayoría a pitar partidos de adultos, y se dejan detrás algo? si no les dices que han hecho mal no aprenden, no puedes tratar una mano o una falta igual en un niño que en un adulto, porque el adulto sabe lo que hace y el niño aún lo tiene que aprender; explica que han hecho mal o lo seguirán haciendo sin saber? se que no son educadores, pero si de verdad les gustase su profesión se tomarían un momento para formar a los futuros adultos?

Y como no me gusta generalizar, diré que sí hay árbitros que se molestan en explicar, pocos, pero haberlos los hay? el sábado pasado me he encontrado con uno de ellos, y tanto me ha gustado su trabajo, que voy a referirme a él por su nombre y apellidos "Jorge Martín Carrasco" un árbitro que paró el partido tantas veces para corregir las acciones incorrectas que llegó un momento que perdí la cuenta? y que ante las felicitaciones de las familias solo dijo -Es que si no los enseñamos ahora?-.

Chapó por este árbitro y su esfuerzo, chapó por las familias que disfrutan viendo a sus hijos "aunque siempre pierdan" y sobre todo chapó por esos pequeños deportistas trabajan en equipo, juegan con deportividad y asumen que no siempre se gana? porque algún día sabrán que no siempre se pierde?

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