Resulta paradójico que mientras la pobreza y las desigualdades en nuestro país se encuentran en los niveles más altos sigan creciendo el número de ricos. Según el informe Anual de la Riqueza en el mundo 2015, la población con elevado patrimonio se ha incrementado. El número de ricos crece en España un 40% desde el 2008, y en el año 2014 por encima de la media mundial a pesar de ser uno de los países más afectados por la crisis. Mientras tanto, los informes de Cáritas y otras organizaciones, de las que no dudo de su seriedad y rigor, sobre la situación socioeconómica nos reflejan otra realidad, que el 25% de los españoles se encuentran en situación de exclusión social debido a la crisis y un 50% de los hogares españoles afectados simultáneamente por problemas de privación material y de pobreza monetaria.
Estos datos no hacen más que reflejar el fracaso de las políticas aplicadas por el Gobierno del partido popular que ha justificado cínicamente, presentándolas como políticas necesarias, pero lo que verdaderamente ha traído consigo es más pobreza y desigualdades. Millones de personas han perdido su puesto de trabajo con la reforma laboral. Han precarizado el mercado laboral y los derechos de los trabajadores. El paro de larga duración supera los 3,3 millones de personas y el empleo que se crea es precario y temporal. El salario medio descendió más de 600 euros en tres años. El Salario Mínimo Interprofesional se sitúa en 645.30 euros, muy alejado de lo que se cobra en otros países de la Comunidad Europea con una media de 1.300 euros y las pensiones no han sido mejoradas, todo lo contrario, la mitad de los pensionistas de nuestra provincia cobran menos de 650 euros.
Este Gobierno ha permitido que la crisis haya afectado de manera desigual a los ciudadanos cebándose de manera cruel con los más desprotegido y siendo más benévolo con el fraude fiscal y el blanqueo de capitales. Pero desgraciadamente parece que esta tendencia va a continuar, hay demasiada complicidad entre políticos y élite económica y no hay conciencia ni voluntad política para abordar la desigualdad y mucho me temo que la brecha entre ricos y pobres siga aumentando si no se cambia este Gobierno.